Al Vaticano llegan un promedio de dos mil cartas al día procedentes de todos los rincones del mundo que van dirigidas al papa Francisco para darle ánimo o pedirle ayuda.
Éstas son las cifras que maneja el servicio postal de la santa sede, que explica que aumentó considerablemente la llegada de cartas dirigidas al Pontífice, aunque a veces arriban sin dirección, incluso sin sellos, y con la única referencia de ser entregadas a Jorge Bergoglio.
El subdirector de la oficina de prensa del Vaticano, Ciro Benedetti, señaló que también son muchos los fieles que entregan sus misivas personalmente.
Benedetti contó que la mayoría de quienes escriben al Papa argentino "son personas que atraviesan dificultades y que piden no solo ayuda material para superar las dificultades de la crisis económica sino sobre todo un apoyo moral para seguir adelante".
De todos modos, Francisco también recibe cartas de felicitación o de buenos deseos en ocasión de festividades religiosas.
"Casi todos añaden su número de teléfono con la esperanza de que el papa los pueda llamar", indicó el subdirector de la oficina de prensa del Vaticano.
Y es que el pontífice dedica mucho de su tiempo a llamar por teléfono a estas personas que le piden ayuda.
El propio Bergoglio lo develó hace algunos días. "A muchas personas las llamo y a otras las escribo. ¡Menos mal que no se saben todas las llamadas que hago!", manifestó.