"De haber pena de muerte ya sería tarde", expresó en contacto con Radio 2, Carlos Fraticelli. Con esa frase el ex juez de Rufino sintetizó lo que podría haber pasado con su vida y la de esposa, Graciela Dieser.

El matrimonio fue condenado a prisión perpetua, acusado del crimen de su hija Natalia –que tenía 15 años y padecía un retraso madurativo y apareció muerta el 20 de mayo de 2000 en la casa familiar de Rufino, Santa Fe–.

La sentencia llegó en recurso extraordinario en 2006 a la Corte Suprema de Justicia de la Nación que revisó la sentencia a prisión perpetua de los esposos, por prejuzgamiento en el caso investigado por homicidio y la semana pasada fueron absueltos.

Después de repasar la causa durante nueve años, de leer bibliografía sobre el tema, sigue convencido de que su hija, por entonces de 15 años, se suicidó tomando entre 22 y 28 pastillas de un medicamento contraindicado para sus ataques de epilepsia. "Ahora me dan la razón. Natalia tomaba por sí misma la medicación y cada cápsula medía un centímetro de largo por medio de ancho. Tenía conciencia de eso. ¿Cómo una persona toma por la fuerza esa medicación? Imposible", apuntó Fraticelli al tiempo que relató las irregularidades de la autopsia que un médico realizó sólo, el supuesto festejo de los policías en el penal cuando se conoció la condena y las supuestas implicancias políticas en el caso.

"Entiendo que la presión mediática hizo que el caso se resuelva", manifestó Fraticelli y añadió: "Carlos Reutemann (entonces gobernador de la provincia) obró con ignorancia, no creo que sea mal tipo, pero obró desde la desesperación. Cuando vio que se venían todos los móviles de noticias del país, no quiso un caso María Soledad Morales en Santa Fe", concluyó.