En su discurso en Tucumán por el Día de la Independencia, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner se acordó de Santa Fe en dos momentos y por circunstancias poco gratas: volvió a hablar de cómo pegó la crisis económica en la provincia e hizo referencia, sin nombrarlo, al caso del ex jefe de la Policía Hugo Tognoli, detenido por vínculos con el narcotráfico.

La mandataria aludió primero a la crisis del año 2001, cuando Tucumán era presentada como la "capital de la desnutrición" y comparó "esa humillación" al momento en que "desde los medios nos querían hacer creer que los santafesinos comían gatos". Ya se había referido al tema en el último acto en Rosario por el Día de la Bandera, cuando intentó ser más sútil y dijo un genérico "animales".

Cristina unió ambos casos (Tucumán y Santa Fe, en rigor sería Rosario) para dar cuenta de lo que, según ella, consistió en un intento por demoler la "autoestima" del pueblo; y afirmó que la década kirchnerista le devolvió la "dignidad y alegría" a los argentinos.

Más adelante, la presidenta volvió a la carga contra la Justicia, habló de la decadencia de ese poder, la falta de seguridad y reclamó una reforma. En ese marco, mencionó que existen “jefes de policía que están presos por haber protegido a narcotraficantes”, en relación a Tognoli, quien dirigió la fuerza cuando Hermes Binner -uno de los referentes de la oposición a su gobierno- fue gobernador de la bota.