El jefe de las Fuerzas Armadas fijianas, Frank Bainimarama, tomó el poder presidencial y gubernamental en Fiji al dar el cuarto golpe de Estado en el país en los últimos 20 años y designó a un primer ministro transitorio.

Bainimarama anunció en rueda de prensa en Suva que designó a Jona Senilagaklali, ex presidente de la Asociación de Médicos de Fiji, como primer ministro transitorio hasta la elección de un gobierno interino.

Aseguró que no tiene intención de arrestar al jefe de gobierno depuesto, Laisenia Qarase, ni a su gabinete y apuntó que la constitución multirracial de 1997 sigue intacta, a excepción de los artículos referentes a los poderes de emergencia que asumió.

"A las seis en punto de esta tarde (05.00 GMT), el poder militar tomó el gobierno, tiene autoridad ejecutiva y dirige el país", anunció Bainimarama, quien pidió a la población que mantenga la calma y que no cierren los negocios.

A los ministros de Qarase les dio el plazo de un mes para que presenten su renuncia y para que devuelvan todos los bienes públicos que estén en su posesión.

"El punto muerto (de la crisis) me ha forzado a dar este paso", afirmó Bainimarama, y explicó que fue la negativa de Qarase a dimitir, a pesar de que se lo pidiera hoy el presidente del país, Josefa Iloilo, lo que había dejado a Fiji en el "limbo" y le había obligado a actuar.

"Hemos actuado en contra de nuestra voluntad", aseguró el líder militar.

Adelantó que se reunirá mañana con los directores ejecutivos de la Administración para pedirles que prosigan con su trabajo mientras se forma un nuevo gobierno y solicitó al Gran Consejo de Jefes que, en su próxima reunión, reelija a Iloilo como presidente de la nación.

Bainimarama reiteró que su principal preocupación es la seguridad y el bienestar de los fijianos.

El presidente Iloilo, de quien se había dicho que disolvió el Parlamento y entregó el poder a los generales, difundió un comunicado en el que aseguró que ni condena ni apoya la asonada.

Iloilo había intentado mediar una solución a la crisis, pero Qarase se mantuvo firme en su negativa en ceder a las demandas de Bainimarama.

El jefe de las Fuerzas Armadas quería, entre otras cosas, que Qarase y todos los ministros implicados en el golpe de Estado del año 2000 dimitieran y que se retiraran dos proyectos de ley, uno que contempla la amnistía de los golpistas de hace seis años y otro que regula la propiedad y explotación de las costas del archipiélago fijiano.

Bainimarama también quiere que se extienda su contrato hasta el años 2012.

Qarase, quien dijo estar bajo arresto domiciliario, ha enviado un comunicado al periódico "Fiji Times" en el que dice: "Como primer ministro apoyo y defiendo nuestra constitución, el estado del derecho y la democracia parlamentaria en Fiji"

"Una toma militar del gobierno electo es ilegal y los responsables sufrirán las consecuencias porque nadie está por encima de la ley", añadió Qarase.

Australia y Nueva Zelanda ha condenado la acción militar, pero el primer ministro australiano, John Howard, descartó enviar tropas para restablecer al Ejecutivo de Qarase, como éste había solicitado.

El Gobierno neozelandés ya ha anunciado sanciones contra Fiji, mientras que los australianos estudian la situación.

Bainimarama, después de que el entonces presidente del país, Kamisese Mara, le entregara el poder, desempeñó un papel clave para neutralizar el golpe de estado del 2000 que lideró el empresario George Speight para restablecer la supremacía de los fijianos "puros".

Los militares negociaron con Speight un gobierno de transición dirigido por Qarase y, cuando vieron la oportunidad, arrestaron a los golpistas.

Speight y sus hombres fueron juzgados y condenados por traición, mientras que Qarase ratificaba su cargo de primer ministro en las urnas en el 2001.