El día tan esperado llegó. Y trajo consigo el alivio. Porque si bien lucía prácticamente confirmado que Central lograría la permanencia en Primera sin necesidad de recurrir a un repechaje ante un conjunto de la B. Nacional, mientras la matemática no lo confirmara era aconsejable no cantar victoria. Pero el aval numérico arribó este domingo, con los resultados que se registraron en Núñez y La Plata: justo los partidos que definieron el título a favor de River, determinaron también el éxito auriazul.
Con el pálido cero a cero que el sábado consiguió en San Juan el elenco de Madelón, no alcanzaba para asegurar que todo estaba definido. Ese punto sumado en el Hilario Sánchez debía ser reforzado con algún marcador favorable en las presentaciones de Olimpo y Colón, al cabo los únicos que podían darle caza en la carrera por la salvación. Y River y Estudiantes dieron una mano: los bahienses perdieron con el campeón, mientras que los sabaleros repartieron puntos con el escolta.
De esa manera, la Academia canalla ya no corre peligro: su promedio de 1,221 es inalcanzable para ambos perseguidores, Colón con 1,186 y Olimpo con 1,135. Ahora, con los sanjuaninos fuera de carrera y condenados a la B. Nacional, son cuatro los equipos que “llenarán” las tres plazas condenatorias restantes: entre santafesinos, bahienses, racinguistas y jujeños saldrá el descendido directo que falta y los dos que van a la Promo.
Central tiene entonces licencia para descorchar. Porque un año atrás la empresa era harto difícil, con negros pronósticos elaborados en base a un pésimo momento anímico y futbolístico que atravesaba el plantel, y a un período oscuro en lo institucional que parecía casi imposible de torcer a tiempo. Pero de a poco todo cambió: primero arribó Horacio Usandizaga y su gente; más adelante aterrizó Leonardo Madelón para tomar las riendas del primer equipo; y con los primeros buenos resultados, los nubarrones empezaron a despejarse.
La dirigencia transmitió seguridad, el cuerpo técnico ideas claras y confianza, hubo aciertos a la hora de elegir los refuerzos (llegaron Ribonetto y Méndez, que ahora pertenecen en un ciento por ciento a la entidad), y todos los jugadores respondieron. Esto, más el apoyo inconmensurable de la hinchada, conforma el cóctel que explica la notable recuperación de un equipo al que todos daban por muerto. Y que ahora, a una fecha del fin de la temporada, respira tranquilo por el deber cumplido. Señores, Central es de Primera. Y está donde merece estar.
Vuelta al trabajo
El plantel conducido por Madelón volverá a entrenar este lunes en Palos Verdes. Allí, se espera que el doctor Carlos Lancelotti dé a conocer el diagnóstico de la lesión de Kily González, que a priori sería un desgarro en la zona de aductores. De confirmarse esto, el zurdo se perderá el choque con Argentinos Juniors, que se jugará entre el viernes 20 y el domingo 22 de junio. Tampoco estarán Jesús Méndez (lesionado), Cristian Álvarez y Tomás Costa, estos dos ya desafectados para sumarse a sus nuevos clubes, Espanyol de Barcelona y Porto de Portugal.
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