Pedro Robledo

Desde el primer tema, Cordera propuso fiesta. Auto-eyectado de una etapa instrospectiva, el Pelado regresó a la "estética Bersuit", para festejo de los nostálgicos de aquella etapa de la banda que lo tuvo como líder.

El show en el Dixon arrancó con "La caravana se siente", primer track de "La caravana mágica Vol.2", su reciente disco. El tema transita ritmos de cumbia en los inicios y va mutando hasta transformarse en un rock.
Esa era la señal que indicaba el camino por donde giraría la propuesta durante toda la noche.

Si bien este disco tiene una dosis mayor de rock, la cumbia sigue siendo el género que más le sienta a la banda. Una gran parte de las bases rítmicas tuvieron que ver con lo tropical y una mínima porción de las mismas remitieron al rock.

También hubo lugar para el abordaje de ritmos rioplatenses, como en "Canción para mi cabeza", con sonido de murga.
Con una intro en tono místico en "Tenete fe", propuso un viaje al mundo interior que completó con "Me la juego a morir", donde profetizó hasta simular un ejercicio de auto-ayuda que culminó con "Ansiedad de buscar", una balada que cantó con la gente.

Junto a Juanito "el cantor", uno de los productores del nuevo disco, mostró su veta folklórica y su escondida capacidad para cantar zambas. En ese breve tramo, con Juanito en guitarra criolla, cantó en forma impecable "Zamba del callar".

Hasta aquí, Gustavo Cordera permaneció estático, pidiendo ser escuchado. A partir de allí, cumbia, rock y murga fueron los géneros propuestos , mezclando los nuevos temas con los más reconocidos de su historia.

No faltaron "Hablándote", y "Abúsame", en este último realizando un provocativo juego sensual con su corista.

La última parte del show estuvo dedicada recordar temas del disco anterior ("El lisiadito", "No es que sea viejo", "Asalto de cumbia", "La bomba loca") y un guiño a su historia con Bersuit y a su pasión por Independiente en "El baile de la gambeta", la canción dedicada a Ricardo Bochini, el ídolo máximo de los Diablos Rojos de Avellaneda.

Para los esperados bises, eligió "Soy mi soberano", tema auto-referencial con discurso en clave de rap, la chacarera "Se cae" y para la despedida definitiva "Nacer", tema que cierra el disco.

"No soy ejemplo para la sociedad y estoy orgulloso de no serlo", dijo Gustavo Cordera, marcando él mismo sus límites. En lo musical, siguen sonando estribillos futboleros, pero proponiendo el viaje interior y el encuentro amoroso de los asistentes.