Con 36 años de edad y varias experiencias como ésta actual de Newell’s en el lomo, el arquero Marcos Gutiérrez no está para sacarle el cuerpo al comprometido presente rojinegro. Es más, es uno de los futbolistas elegidos por Caruso Lombardi entre la totalidad del grupo, para apuntalar a los que pueden sentir el “mareo” y las “náuseas” de caminar muy cerquita del abismo del descenso.

El viernes en La Plata, la sorpresiva lesión de Justo villar en el calentamiento le dio la oportunidad a Gutiérrez de ocupar el arco desde el arranque ante Gimnasia, aunque el resultado fue el mismo de casi todas las veces que la Lepra jugó fuera de Rosario.

Incluso, y apelando a las inveteradas cábalas en el fútbol, la presencia del Anguila bajo los tres palos alentaba una esperanza de recuperación, ya que la única unidad que Newell’s cosechó de visitante fue en cancha de Tigre, en aquel 2 a 2 con el jujeño en la valla desde el inicio. Pero no pudo ser, otra vez un regreso a Rosario con caras largas.

“La verdad, nadie lo esperaba, pero se resintió Justo y tuve que salir yo”, contó Gutiérrez este lunes tras el entrenamiento. Y sobre el ya lejano partido ante el Lobo, agregó: “Tuvimos una distracción muy grande en el primer gol de ellos y después tuvimos que hacer todo el gasto. Lógicamente, sobre el final el partido se abrió para ellos y nos hicieron el segundo”.

El técnico Lombardi intentó movilizar a sus dirigidos el mismo viernes después del partido, cuando reclamó actitud para afrontar la situación, dichos que se prolongaron cara a cara con el plantel este lunes. Al respecto, el Anguila analizó: “Sí, estuvimos hablando mucho con el técnico y entre nosotros. Hablamos de la realidad, ya que muchas camadas de jugadores de Newell’s no se prepararon para pelear el descenso. Hoy es una realidad que tenemos que asumir, nuestro campeonato es dejar a Newell’s en primera”.

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El Anguila habla de la delicada situación leprosa