El nuevo capítulo de la investigación del programa Periodismo Para Todos sobre la ruta del lavado de dinero sumó un testimonio este domingo a la noche: el de Miriam Quiroga, que fue colaboradora del ex presidente Néstor Kirchner- Jorge Lanata se entrevistó con la ex directora del área de Comunicación Presidencial.

Quiroga relacionó al empresario Lázaro Báez con toda la obra pública santacruceña y reconoció que, en su manejo de la agenda del ex presidente, tuvo conocimiento de "bolsos con dinero", tanto en la quinta de Olivos como en la Casa Rosada. Sin embargo, el testimonio no tuvo el peso de las declaraciones de las emisiones anteriores del programa. Quiroga no dio pistas fuertes ni elementos que aporten pruebas a la causa, sino más bien, aportó datos de color sobre la presidenta.

Quiroga relató que conocía que Báez recibió "las adjudicaciones de las obras, contratos, prácticamente todo en la provincia" de Santa Cruz, y explicó que había visto no el dinero, sino bolsos con plata. "Yo lo que vi son los bolsos. Vi personas, vi movimientos, después un compañero mío de trabajo me dijo, agarrá. Tomá el peso", contó la ex funcionaria.

La historia que comenzó con una cámara oculta a Leonardo Fariña y continuó con la denuncia de un vínculo comercial entre Néstor Kirchner y Lazaro Báez, anoche prosiguió con la declaración de la ex secretaria del ya fallecido jefe de Estado, quien reforzó la denuncia de la existencia de una red de lavado de dinero al asegurar que el empresario y el ex Presidente eran socios.

En diálogo con Jorge Lanata, Quiroga recordó que trabajó "unos siete u ocho años" con el ex mandatario y que estuvo a cargo del Centro de Documentación Presidencial, donde "recibía toda la correspondencia".

Apoyada en lo que observó durante su estadía en la Casa Rosada, Quiroga contó que algunas personas se referían a Cristina Kirchner como "La Bruja" y aseguró que la actual jefa de Estado cambió por cuestiones estratégicas: "Tuvo un acercamiento a la gente, pero, en la realidad, no le gustaba la gente pobre, ni que la tocaran; cada vez que la tocaba alguien, se limpiaba las manos; no a la vista, claro...".

Al describir las características de la pareja presidencial, señaló que Néstor "controlaba" a Cristina, porque "ella nunca tuvo manejo para el diálogo", por lo que "él era el que manejaba la situación y, cada vez que (su mujer) estaba alterada, tenía que bajarla".

En la parte final del primer tramo de la entrevista, Quiroga explicó que decidieron echarla del Gobierno dos meses después de la muerte de Kirchner, porque se había transformado en "un testigo molesto", ya que conocía todos los movimientos y eso no era conveniente.