Un equipo de investigadores del Instituto Geológico y Minero de España descubrió un yacimiento de ámbar con insectos del Cretácico desconocidos hasta ahora y con un estado de conservación "excelente" en el entorno de la cueva de El Soplao.

Al igual que en la película Jurassic Park, los insectos quedaron atrapados en el ámbar hace 110 millones de años, cuando la región española de Cantabria, al norte del país, estaba inundada por el mar y por amplios estuarios y lagunas costeras bordeadas por bosques de coníferas, que exudaron la resina que generó este yacimiento.

Se trata, probablemente, de uno de los yacimientos más importantes de Europa o incluso del mundo, según dijeron los investigadores que lo descubrieron.

Los autores del hallazgo, María Najarro, Enrique Peñalver e Idoia Rosales, explicaron que presenta una acumulación de masas de ámbar "excepcional", lo que se une a que son muy escasos los yacimientos de este periodo que existen en el mundo.

Además de pequeñas avispas, moscas, chinches, arañas, cucarachas y mosquitos chupadores de sangre que se alimentaban picando a los dinosaurios, el ámbar de El Soplao encierra una tela de araña distinta a la que ya se había descrito en otros yacimientos y que despertó un gran interés entre el mundo de los científicos.

También contiene restos fósiles de coníferas y el fragmento de ámbar azul más antiguo que se encontró hasta la actualidad.

El yacimiento, que permitirá profundizar en los ecosistemas de la era de los dinosaurios "a varias generaciones de paleontólogos", afloró durante las obras de la ruta de acceso a la cueva de El Soplao, de la que dista tres kilómetros.

Según Enrique Peñalver, especializado en el estudio de insectos fósiles del Mioceno y del Cretácico, en sólo un trozo de pequeño tamaño del ámbar de El Soplao está representada la comunidad de insectos que existía hace 110 millones de años.

Entre los distintos tipos de mosquitos hallados están los del grupo de los jejenes, que se alimentaban principalmente chupando la sangre de los dinosaurios, lo que podría llevar a algunos a preguntarse si podría recuperarse de esos insecto el ADN de los grandes reptiles extinguidos, exactamente como en la película Jurassic Park. Pero Peñalver se apresuró a aclarar que, aunque es una pena, eso es imposible porque el ADN se conserva muy poco tiempo.

Tras estos primeros resultados, al equipo del Instituto Geológico y Minero le espera ahora una excavación intensiva de la que está seguro que saldrán "nuevas sorpresas" porque los restos fósiles que guarda son tan abundantes que permitirán seguir investigando durante décadas e incluso durante generaciones.

Fuente: EFE