La escritora británica J.K. Rowling fue detenida antes de abordar un avión en Estados Unidos con destino a Gran Bretaña, porque se negó a dejar fuera de su equipaje de mano el manuscrito del último libro de la saga de Harry Potter, valuado en varios millones de dólares. Rowling afirmó que no estaba preparada para dejar los documentos y notas sobre el esperado libro en la valija que debía pasar por el check-in. Eventualmente, y tras una discusión con las autoridades del aeropuerto de Nueva York, se le permitió viajar con los folios en su bolso de mano, siempre y cuando estuvieran bien cerrados con bolsas plásticas.

Los pasajeros que viajan desde Estados Unidos y Gran Bretaña aún deben soportar severas restricciones por el contenido de su equipaje de mano, luego de que el pasado 10 de agosto Scotland Yard informara haber desbaratado un plan de atentados múltiples a vuelos trasatlánticos de Londres con destino a suelo norteamericano. Tras el incidente, Rowling declaró que hubiera considerado viajar en barco a Londres desde Nueva York si las autoridades aeroportuarias de Nueva York le hubieran impedido viajar con el manuscrito de su último libro.

Esa obra, la última en la popular saga de Harry Potter, se espera que se convierta en un nuevo éxito entre los fanáticos y admiradores del mago. La escritora se encontraba en Nueva York tras haber participado de un evento de lectura junto a los autores estadounidenses Stephen King y John Irving.

Las restricciones de seguridad en las aerolíneas hicieron que el viaje de Nueva York fuera "interesante, ya que me negué a salir de ese destino sin mi manuscrito para el libro siete de la saga", declaró la autora británica. "Mucho está escrito a mano y no tengo copias de lo que escribí cuando estaba en Estados Unidos. Por suerte me dejaron pasar, siempre que envolviera el documento en bolsa plástica. No se lo que hubiera hecho en caso contrario, probablemente viajar en barco (a Inglaterra)", agregó.

Rowling, que sólo en 2005 recaudó unos 80 millones de dólares por la venta de sus libros, es una de las británicas más ricas del país con una fortuna de más de 1000 millones de dólares, que supera las ganancias de la reina Isabel II de Inglaterra.