El investigador del Conicet Alberto Tasso señala que el “reconocimiento social” de las instituciones educativas y sus agentes “no está agotado, sino que aún son palancas de transformación social, mejoramiento y desarrollo”.

Licenciado en Sociología y doctor en Historia, Tasso advierte que “la educación sigue gozando de un reconocimiento social como una palanca de transformación social, de mejoramiento social, de crecimiento, una verdadera palanca del desarrollo. Sin embargo, en escala de décadas, se observa un deterioro del lugar social de los educadores y de las instituciones educativas, que parecen agotadas, con escasa capacidad de respuesta a los cambios sociales”.

“La tarea consiste en reinventar los modelos, reconstruir los vínculos entre maestros y estudiantes”, puntualiza. Y agrega que “la universidad pública, gratuita, debe hacer un esfuerzo ampliando su cartera de ofertas de capacitación y hasta conceder becas para sostener al estudiante si lo merece y lo necesita. Hay que pensar siempre desde la base de la pirámide demográfica”.

Al reflexionar sobre el interés de los jóvenes para “realizarse profesionalmente”, el experto señala divisiones generacionales: “En mi generación se iba a la universidad con cierta expectativa. Ahora se va con cierta sospecha. Esto es parte de la deslegitimación de las instituciones en general; no sólo pasa en la educación sino también en otras áreas. Entonces, algo importante para ubicarnos como docentes e investigadores es que no hay que pensar que el interés de lo que enseñamos está creado de antes. Por eso, parte de nuestra tarea es motivar y reforzar los centros de interés, ya que creo que el conjunto de las ciencias nos provee de una herramienta útil para vivir”, define.

Tasso destaca que para los nuevos estudiantes “la elección de la carrera no debe ser impuesta” y que se debería “reforzar la iniciativa de los jóvenes para generarles ganas de estudiar y de investigar”.

“La educación consiste en postergar las satisfacciones. Es decir, yo me privo de algo que puedo generar hoy porque voy a estudiar. Esto hasta el día de la titulación porque sé que mejorará el ingreso económico. Ésta es la confianza que se tiene en la educación. Por otra parte, ésta también amplía la mirada de los problemas que nos permite situarnos como actores sociales. Ahí es cuando la veo como una palanca de crecimiento, en el mundo íntimo de cada persona”, concluye.

Fuente: Universidad Nacional de Santiago del Estero