Asegura que sigue "muy feliz" pero que ya volvió a poner los pies sobre la Tierra. "Estaba en el aire, no entendía lo que pasaba. Bajé un poco, entiendo más, lo estoy disfrutando mucho", confesó Benjamín Ávila, director del film Infancia Clandestina, película que representará a la Argentina en la carrera hacia los premios Oscar. Anticipó que este viernes, a las 20, estará en una función del Complejo Monumental para compartir la experiencia de ver el film junto a la audiencia rosarina.

En diálogo con el periodista Alberto Lotuf (Radio 2), el realizador confió que la decisión de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de la Argentina lo tomó por sorpresa, ya que pensó que la elegida sería Elefante Blanco, de Pablo Trapero. "Por la estructura de producción, por difusión, por los actores. Uno intuyo lo que está en el imaginario de la Academia, que son todos colegas", explicó.

"Por suerte y por sorpresa" la elegida fue la película protagonizada por Natalia Oreiro, que este jueves se estrenó en los cines rosarinos. "Una de las cosas que más orgullo me traen es que nos hayan elegido colegas que vieron la película, que les haya gustado tanto, me da mucho orgullo", sostuvo.

Infancia Clandestina, producida por Luis Puenzo, es la primera ficción de Benjamín Avila, responsable del documental Nietos: Identidad y memoria. Cuenta la historia de un chico que regresa al país con sus padres, militantes de una organización guerrillera que estaban en el exilio. El nene vive el paso de su infancia con otra identidad mientras comienza a descubrir quién es él.

El realizador aclaró que no se trata de un film "estrictamente biográfico" pero reconoció que "muchas de las cosas que suceden pasaron de verdad, no tan así pero sucedieron". Sin embargo, hay muchos elementos de ficción que él sumó al relato para permitirse contar lo que quería contar. "Hay personajes que no han existido como el tío" encarnado por Héctor Alterio. "La nena de la que se enamora no existe" tampoco, precisó. Además, él era algunos años más joven que el protagonista del film durante la época de la dictadura. 

A pedido, evocó cómo nació el proyecto. "La idea la tenía desde el año 95. Sabía que alguna vez iba a filmar mi infancia", evocó. Sostuvo que el verdadero trabajo comenzó a partir de año 2002, aunque recién tuvo la primera versión del guión a principios de 2007. "Es un largo camino", reconoció.

El realizador reconoció el gran aporte de Luis Puenzo y alabó lo que implicó trabajar con él. "Trabajar con Luis Puenzo es como terminar de hacer mi master de vida, mi master cinematográfico", graficó. Aseguró que entre ambos existe "una relación muy fuerte". Incluso dijo que casi es como si fueran "padre e hijo". Abundó: Nos queremos y peleamos de esa manera".

Ávila reconoció que Infancia Clandestina fue "una película compleja de hacer". Argumentó que "no es fácil levantar una producción con esta temática, de esta manera, con las limitaciones de producción que teníamos" pero enfatizó: "Llegamos a muy buen puerto".

Ahora resta saber si el film argentino quedará entre las preseleccionadas para optar por el premio de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Hollywood. Y luego, emocionarse con la posibilidad de que consiga para el país el mismo premio de La historia oficial y El secreto de sus ojos.