La tranquilidad de uno de los barrios cerrados de la ciudad se vio quebrantada en los últimos días tras la denuncia de tres hechos delictivos. Se trata de dos escruches –robos en viviendas en ausencia de sus habitantes– y un intento de robo que se frustró tras la llegada de la dueña de casa en el exclusivo country Kentucky de Funes.

Según publica el diario La Capital, el jefe de la comisaría 23ª de Funes, Daniel Acosta, confirmó que los robos se conocieron el lunes, horas antes de denunciarse el intento de atraco en otra vivienda del country.

Los delitos se cometieron en las casas de dos familias que se ausentaron durante el fin de semana (una desde el jueves y otra desde el viernes) y al regresar descubrieron que habían sido víctimas de escruches. En uno de los casos, los delincuentes ingresaron por una ventana y se llevaron joyas y una cantidad de dinero mínima al parecer sustraídos de una mesa de luz. En el otro, entraron por una puerta corrediza y se llevaron alrededor de 1.500 pesos —parte en moneda extranjera— y dos relojes.

Pero lo curioso de ambos casos es que a diferencia de los delitos cometidos con esta modalidad, las viviendas no estaban revueltas y no faltaban elementos de valor que estaban al alcance de la mano de los intrusos. En un robo de este tipo los delincuentes suelen dar vuelta por completo la casa. Vacían roperos, cajones y en esta oportunidad no se llevaron cosas de valor que usualmente son las primeras en robarse, como una tablet que apareció intacta en una de las viviendas.

El último caso, fue un intento de robo en casa de una escribana. La mujer entró y se encontró con un hombre dentro de su vivienda que huyó sin poder concretar el atraco.

En este sentido, Acosta sostuvo que entre las líneas de investigación que se manejan no se descarta nada: desde la gente que ingresa al predio a realizar trabajos como que algún adolescente haya incurrido en algo más que una travesura. Cosas que ya ocurrieron en barrios privados de otras ciudades del país.