“Este es un blog para todas aquellas que buscan la perfección llevada a cabo con sacrificio y esmero. Así, creo que se pueden lograr las metas y siempre es mejor si nos ayudamos entre todas”, subraya el blog de Laura. Así, se presenta esta chica de 19 años, que vive en Buenos Aires y se reconoce como una joven anna (anoréxica) y mía (bulímica).

“Si esto no es lo tuyo, salí del sitio y listo; nadie te pidió que entraras, no trato de hacer una guerra entre aquellos que defendemos a la anorexia como estilo de vida y aquellos que no lo hacen”, concluye Laura.

Su blog es uno de los tantos sitios que funcionan bajo el nombre de Anna y Mia, que aunque podrían ser dos amigas que se quieren mucho, se trata de los trastornos alimenticios conocidos como la anorexia y la bulimia. Según la Asociación de Lucha contra la Bulimia y la Anorexia (Aluba), en Argentina una de cada 25 adolescentes sufre bulimia o anorexia. Y una de cada 10 padece algún desorden alimentario (el 90 por ciento son mujeres de 14 a 18 años). Para la Asociación Argentina para la Prevención de los Trastornos de la Conducta Nutricional (AAPTCN), esa cifra asciende al 20 por ciento de la población.

Los portales que nuclean a miles de chicas pro-anna y pro-mía de todo el mundo hacen suyo el lema: "La anorexia y la bulimia no son una enfermedad sino un modo de vida", y se extienden por la red de una manera indiscriminada. Los ususarios, en su mayoría mujeres de 11 a 33 años, expresan sus sentimientos, temores y vivencias y persiguen un objetivo preciso: no engordar.

Con sólo colocar en el buscador Google las palabras Anna (anorexia) y Mía (bulimia) saltan a la vista más de cien páginas que sirven para intercambiar una serie de llamativas e incomprensibles técnicas para quemar calorías, estar flacas, dejar de comer o bien, vomitar sin que familiares, amigos y maestros se den cuenta.

Según los especialistas que siguen de cerca la proliferación de estos espacios, “las chicas que se definen como pro-anna son personas que padecen anorexia nerviosa y defienden esa patología casi como una ética o una moral, mientras que con las jóvenes que se declaran pro-mía sucede algo parecido, y son aquellas que tienen una bulimia nerviosa”.

Casi todos los portales están diseñados de una forma similar y cuentan con una sección llamada Thinspiration (donde aparecen los iconos de modelos y actrices hiperflacas que las mismas chicas eligen como referencia de inspiración o estereotipos a seguir, entre las más recurrentes suelen estar Callista Flockhart y Kate Mosh).

En otra categoría se alinean las llamadas técnicas self-injury, que tienen como objetivo enseñar a infringirse distintos grados de dolor con el sentido principal de quemar calorías y controlar la propia voluntad. Dietas excesivas, mucha gimnasia y consejos como apagar la calefacción, no usar ropa de abrigo y pasar frío para poder quemar grasas.

Además de eso hay poemas, testimonios, canciones y experiencias de vida que se abren como un diario íntimo frente al séquito virtual de seguidoras de Anna y de Mía.

También, cada sitio se caracteriza por contar con un foro donde las sílfides internautas –ninguna supera los 50 kilos ni el metro 60– se encuentran para compartir paso a paso su adelgazamiento y contarse las penas ante tremendo ayuno.

“Estoy como una foca, peso 45 kilos y mido un metro 55. Por más que pido ayuda nadie me responde. Por favor, todas las Annas y Mías que visiten esta página y especialmente las que acaban de empezar a serlo contáctense conmigo”, escribe Luciana de 24 años, que es de Córdoba.

Enseguida otro mensaje aparece tallado en el foro virtual. “Hacía dos semanas que más o menos lo llevaba bien, pero ahora me vienen de nuevo las ganas de comer sin parar, necesito algunos consejos para no pensar en la comida. ¿En qué me puedo entretener? Quiero perder seis kilos y no hay manera. Voy al gimnasio, me tiro cuatro horas, para luego cuando llega la noche hartarme de comer, y me paso el día llorando y sin ganas de seguir con esto. Quisiera no tener hambre, no comer nunca más, hasta llegar a mi objetivo”, fue el mensaje de Alondra, una chica de 19 años que vive en Rosario.

Y sin que pasen muchos minutos la salvación parece estar detrás de la misiva que envía Clarisa, de 21 años, desde Capital Federal. “No se desesperen, tengan claro a qué quieren llegar y en esa dirección no bajen los brazos. Sé que es difícil pero por lo que cuentan las dos tienen que bajar de peso para estar como quieren. Por lo menos dejar de comer dos días para empezar a quitar el apetito es un buen paso, si lo superan les puedo recomendar unos laxantes que también les vendrán bien”, concluyó.

El alerta acerca de estos sitios surgió cuando los especialistas detectaron que muchas de sus pacientes utilizaban los consejos de la red para sostener su patología y los padres de las chicas con estos trastornos entendieron también el afán por estar conectadas todo el tiempo a internet.

A partir de ahí, fue que muchos de los espacios empezaron a ser censurados aunque las chicas se mudaron de sitio y volvieron a abrirlos bajo otro nombre. Pero para contrarrestar el efecto nocivo de esas informaciones los profesionales pensaron en la apertura de espacios que justamente fuesen la contracara o alternativa de los otros. Así surgió www.anaymia.com/