La situación que provocó en la provincia la crecida de los ríos Paraná y Salado continúa siendo una grave preocupación de parte del gobierno santafesino. A pesar de que las aguas están en descenso, las renovadas precipitaciones dificultan la normalización de las condiciones hídricas.

El río Paraná continúa su descenso, mientras que el Salado está estacionario en la costa de Santa Fe de acuerdo a los informes de Prefectura Naval, aunque lo que preocupa a las autoridades santafesinas es la continuidad de las precipitaciones. En declaraciones al programa A Diario, que conduce Alberto Lotuf en Radio 2, Roberto Porta, secretario de Recursos Hídricos, calificó de “crítica” la situación “de alerta permanente”. “Tiene aristas importantes, ríos altos, lluvias intensas, napas altas y un pronóstico que no ayuda, que es poco alentador”, admitió.

Consultado acerca del actual panorama, sostuvo: “Por lo menos en el sur provincial está más traquilo. Es una situación crítica y anormal”. Según precisó, “en toda la provincia, especialmente sobre el Paraná hay unos 1.800 evacuados, tenemos expectativas en el Iguazú que está bastante estable, Corrientes está bajando lo que es una buena noticia, Santa Fe empezó a bajar y sólo Rosario está en una pequeña creeciente que esperamos también empiece a bajar en los próximos días”.

Porta confió en que se hacer monitoreos permanentes. También explicó que desde el año pasado, bajo la decisión del entonces gobernador Antonio Bonfatti, Santa Fe está en emergencia hídrica. “Todas las estructuras del gobierno están trabajando dentro de un protocolo, se ayuda a todos los municipios que tienen dificultades, tratando de satisfacer sus demandas”, observó.

Finalmente, reconoció que peligran las cosechas: “Preocupa cómo podrán ingresar las máquinas para levantarlas. Los productores no pueden hacerlo”, destacó.