Una investigación que se desarrolla en la Facultad de Ciencias Bioquímicas y Farmacéuticas de la UNR dirigida por la doctora María Cristina Carrillo revela que “la utilización de Interferón alfa en etapas tempranas del desarrollo de cáncer de hígado podría tener efectos clínicos importantes”.
Los investigadores de este proyecto estudiaron que, en una etapa temprana de desarrollo de cáncer de hígado, llamada etapa preneoplásica, se puede detener la proliferación de células cancerosas. Las considerables expectativas puestas en el tratamiento con interferón alfa de pacientes con hepatitis B y C crónicas para prevenir la aparición de carcinomas hepatocelulares, junto con las controversias planteadas sobre la utilidad del Interferón en el tratamiento de pacientes con cánceres hepáticos ya establecidos, indicaban la necesidad de avanzar más en estudios relacionados. En particular, resultaba necesario evaluar los efectos del interferón alfa sobre preneoplasia hepática, ya que muchos pacientes con enfermedades relacionadas a virus B o C podrían presentar focos preneoplásicos pequeños, clínicamente indetectables durante el tratamiento con Interferón.
Específicamente, se estudió un tipo de proteína llamada Interferón alfa. “Los interferones son proteínas antivirales secretadas por células del mismo organismo en respuesta a una gran variedad de estímulos. Hay varias clases de interferones siendo los más estudiados: alfa, beta, gama, tau y omega” explica la doctora María Cristina Carrillo, directora del proyecto. “Los pacientes son tratados con interferón cuando el endógeno (el producido naturalmente por ellos mismos) no alcanza para contrarrestar la infección. Entonces se refuerza exógenamente”, explicó la investigadora.
El equipo de investigación utilizó un modelo experimental en ratas para el desarrollo de preneoplasia hepática. Para ello, el procedimiento utilizado consistió en tratar a los animales con dos carcinógenos químicos, un agente iniciador que produce el daño en el genoma de las células del hígado y un agente promotor, que favorece el crecimiento (clonación) de las células iniciadas (dañadas). Luego del tratamiento, el hígado presenta focos de células alteradas, que en un primer momento serán preneoplásicos y que continuarán creciendo para pasar a la etapa posterior denominada neoplásica.
De esta manera se demostró que el tratamiento con interferón en ratas con preneoplasia hepática estimula la muerte celular de las células de los focos induciendo un programa genético predeterminado (muerte celular programada o apoptosis), reduciendo el número y el tamaño de los mismos.
Posteriormente, los investigadores analizaron los mecanismos involucrados en dicha apoptosis. Los resultados obtenidos permitieron concluir que en el proceso de apoptosis desencadenado por el interferón estaba involucrado el factor de crecimiento transformante beta (TGF-beta), favoreciendo la reducción del tamaño y el número de focos pre-malignos.
Los estudios realizados permiten pretenden contribuir al esclarecimiento de los mecanismos de acción del interferón alfa y, de manera indirecta, de los factores de crecimiento involucrados en el desarrollo de neoplasias, con lo que se podrán elaborar estrategias farmacológicas adecuadas en tales patologías.
Fuente: Universidad Nacional de Rosario


