Los expertos de salud concuerdan en que la actividad física es indispensable para controlar el sobrepeso en la niñez. Procurar que los niños desarrollen el hábito de la actividad física temprano, y lo conserven, puede ayudar a asegurar que también mantengan un peso corporal saludable. Por supuesto, también consumir una dieta saludable puede ayudar a combatir la obesidad en los niños.

La obesidad alcanza proporciones epidémicas entre los jóvenes estadounidenses. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de ese país, el porcentaje de niños y adolescentes obesos casi se ha triplicado en las últimas tres décadas, al pasar de 6,5 a 17 % entre los preadolescentes y de cinco a 17,6 % entre los adolescentes.

"Hay demasiado énfasis en hacer deporte y no suficiente en el movimiento", aseguró la doctora Teri McCambridge, pediatra de medicina deportiva de Baltimore que preside el Consejo sobre medicina del deporte y aptitud física de la Academia Estadounidense de Pediatría.

"Que sea divertido, que no parezca ejercicio", aconsejó. "Entre las ideas para mantener a los niños activos se encuentran montar bicicleta; una búsqueda de tesoros al aire libre en la que tengan que correr, brincar, saltar y arrastrarse para encontrar distintos objetos; una carrera de obstáculos; jugar a la rana; jugar a capturar la bandera; jugar a los encantados".

Los niños y adolescentes deben incluir una hora o más de actividades físicas como éstas al día, según los CDC.

Y si intenta crear el hábito en los niños, no se puede ir a tomar un café ni al cine mientras ellos hacen ejercicio, advirtió McCambridge. "Hay que practicar con el ejemplo", instó.

Algunos padres creen que lo mejor es inscribir a los niños en deportes organizados tan pronto como puedan sostener una pelota u otros equipos, pero algunos expertos en aptitud física no están convencidos de ese método. Inscribir a un niño en un deporte organizado demasiado pronto puede provocar que los niños que no son tan coordinados como sus pares abandonen el deporte rápidamente, apuntó McCambridge. Y puede suceder que los muy talentosos se saturen sencillamente por jugar demasiado.

Participar en deportes a una edad demasiado temprana no es aconsejable, concurrió Pete McCall, fisiólogo del ejercicio del Consejo Estadounidense del Ejercicio en San Diego. Eso es así sobre todo si los niños dedican todo su tiempo a un solo deporte, apuntó.

"Los niños que se especializan en un deporte desarrollan lesiones por abuso", advirtió McCall.
Jugar deportes demasiado joven también conlleva otro peligro. "No se está enseñando a los niños a moverse", aseguró. "Se les está enseñando una posición, como portero o jardinero".

McCall señaló que es mejor enfocarse en permitir a los niños pequeños jugar de forma no estructurada. Sugiere simplemente programar tiempo en un parque "y dejar que lo averigüen ellos mismos". Entre los tres y los seis años de edad, los niños también pueden aprender habilidades de movimiento en clases de gimnasia, dijo McCall.

Más adelante, los deportes pueden mantener a los niños en movimiento, concurrieron McCall y McCambridge. Pero McCall aconsejó posponer un deporte organizado hasta la edad de nueve o diez años. Una vez los niños están inmersos en los deportes, se debe sugerir que prueben varios y no sólo uno, aconsejó.

La experta lleva adelante un movimiento en algunas escuelas que han convertido las clases de educación física en un ámbito parecido a un gimnasio, en que se expone a los estudiantes a distintos tipos de actividades y se resta importancia a la competencia.

Ayudar a los niños a enfocarse en el juego y en el placer de moverse, además de la adquisición de habilidades, en lugar de la importancia de ganar y no perder, también debe influenciar mucho en la creación de un hábito de ejercicio de por vida, concurrieron los dos expertos en aptitud física y deportes.

Fuente: Health Day