Investigadores de la Universidad Nacional del Litoral (UNL) estudian herramientas para pronosticar niveles freáticos en la provincia. De ese modo, pretenden realizar previsiones similares a las alcanzadas para las lluvias.

“Estimamos que los resultados alcanzados están dentro de lo esperado y en general son prometedores en esta etapa de la investigación”, aseveró María del Valle Venencio, que se ocupa “del agua que está debajo de la superficie del suelo”, y que integra la Unidad de Investigaciones Hidroclimáticas de la Facultad de Ingeniería y Ciencias Hídricas (Fich).

Venencio aseguró que conocer la variabilidad de los sistemas (atmósfera-acuífero) induce a efectuar previsiones en pos de mejorar una gestión y planificación ordenada de los recursos hídricos, con estrategias sustentables para afrontar los distintos escenarios que nos presenta la naturaleza.

“El sistema subterráneo, en este caso el primer nivel acuífero el libre o freático, es alimentado por la recarga natural producida por la infiltración de las lluvias. Por ello entendemos que los estudios de agua subterránea deben realizarse integrados al clima, que produce eventos extremos con impactos desoladores en nuestra provincia, tanto por inundaciones como por sequía. Este último fenómeno condiciona el volumen de agua almacenado y produce efectos indeseados en el ambiente, incluido el subterráneo por explotación excesiva, desmejoramiento de la calidad y contaminación”, ejemplificó.

Las investigaciones inicialmente se realizaron en toda la provincia de Santa Fe, en una primera instancia a escala local, y luego se centraron en la región centro-sur a escala regional, usando herramientas acordes que permitieran encontrar “señales climáticas” en el acuífero, con el fin de observar el impacto producido por la variabilidad climática.

Por otra parte, el estudio de las sequías en la zona demostró que su ocurrencia anual a partir de 1970 disminuyó en toda la provincia de Santa Fe, a la vez que se observó un promedio de una sequía anual cada tres años hasta 1969, y de uno cada cinco años a partir de esta última fecha. Otra conclusión fue que durante los años de “La Niña” se produjeron lluvias abundantes en algunas localidades. Del mismo modo se observó que durante “El Niño” en algunas zonas las precipitaciones fueron escasas. “Durante la ocurrencia de estos fenómenos los niveles freáticos respondieron a la variabilidad de la oferta meteórica”, comentó la especialista.

La doctora destacó que intuitivamente se afirma que los niveles freáticos ascienden y se profundizan por la ocurrencia de las lluvias. Sin embargo, la unidad de investigaciones trató de constatar científicamente esa aseveración. Así, trabajaron para encontrar relaciones cuantitativas entre la lluvia y los niveles freáticos que aportasen al conocimiento base y los facultase para encarar etapas posteriores más complejas.

Fuente: Universidad Nacional del Litoral