El juez federal Claudio Bonadio prevé indagar a funcionarios de la Dirección de Migraciones que autorizaron el ingreso al país de un ciudadano norteamericano con un pasaporte "de fantasía" emitido por una organización no gubernamental de ayuda a los "ciudadanos del mundo".

Los hechos que investiga el magistrado se desencadenaron a raíz del intento de David Austin Banks, un moreno nacido en New Jersey hace 41 años, de volver a renovar –por tercera vez– la visa de turista con la que había ingresado a Ezeiza exhibiendo el supuesto "pasaporte" emitido el 23 de marzo de 2005.

Se trata de una réplica de los pasaportes auténticos (el papel, la confección y las supuestas medidas de seguridad son notablemente verosímiles) que lleva en su portada la inscripción "passport" en letras doradas en inglés, francés, ruso, chino y árabe; y hasta un supuesto sello del Consulado de Guatemala en Miami.

Donde los cartulares originales llevan los datos del país emisor, el curioso "documento" que tenía en su poder el turista con aspecto de basquetbolista de la NBA (mide más de dos metros) consigna la inscripción "World Service Authority" (WSA), sin ninguna otra referencia.

Fuentes allegadas a la pesquisa recordaron que Banks estuvo dos días preso hasta que la Embajada de los Estados Unidos constató su identidad y el hombre fue liberado pues su conducta era "atípica" (no constitutiva de delito).

Sin embargo, distinta sería la situación de los funcionarios públicos que habrían incumplido con sus funciones "para las que fueron debidamente instruidos y preparados" y cuyas identidades no trascendieron pese que se supo que habría una mujer entre ellos.

Las mismas fuentes indicaron que existiría un instructivo –emitido por Canadá–, donde se explica la existencia de esos supuestos pasaportes con un título de "Alerta" y que los imputados en esta causa parecen haber ignorado, pemitiéndole a Banks la entrada al país.

"Fue a comprar un auto con billetes del «Estanciero»", dijeron los investigadores en referencia al juego de salón donde se adquieren propiedades con moneda de fantasía, y agregaron que "lo peor es que, siguiendo ese ejemplo, ya había comprado uno antes", cuando un funcionario le renovó, por primera vez, la visa de turista.