Pedro Robledo

Rosario fue la ciudad elegida por Ismael Serrano para el inicio de su periplo por Sudamérica, reuniendo una numerosa cantidad de espectadores en las dos presentaciones en teatro El Círculo.

El segundo de los shows de este domingo, tuvo mejor sonido y algo menos de convocatoria que el concierto del sábado, pero la misma intensidad.

Serrano diseñó la escena simulando un típico café madrileño "Café de los Recuerdos", en el cual él mismo es el camarero, su asistente de escenario el barman y su guitarrista un parroquiano con quien se producen los diálogos entre tema y tema.

El ingreso, muy original por cierto, lo hizo barriendo el bar mientras cantaba "Semana", la primera canción de la noche, incluso con vestuario de mozo de café que conservó durante todo el concierto.

Para la bienvenida, ofreció un texto declamatorio acerca de la crisis en España, mencionando a los indignados y dando un espacio a la esperanza, e inmediatamente cantó "Despierta", uno de los temas del nuevo disco.

Es que "Todo empieza y todo acaba en ti", su octavo registro, en sus trece canciones contiene relatos de amor y desamor, pero también aborda lo social.

El show contó las historias que se cuentan en los cafés, matizadas con dosis de humor y con diálogo permanente con el público, que demostró conocer muy bien su repertorio creativo que reivindica a los cantautores.

A la hora de componer, Ismael Serrano roza ritmos americanos. En el armado musical de "Ultimamente", suenan aires de bossa nova y samba y en "Ahora", una letra que cuenta una historia en Cuba, se escucha una base de murga uruguaya.

Y no es todo, en "Te odio", otro tema nuevo, el bombo leguero está al frente, lo cual le da a la canción una textura y un color bien argentinos y se animó a "Muchacha, ojos de papel" adaptada a su estilo.

La puesta técnica le permitió desplazarse, sentarse, tomar mate y explicar su relación con Argentina que también se plasmó en "Mañana porteña en Madrid", canción cuya autoría comparte con Rodolfo, su padre, una obra que tiene forma de tango. A lo que hay que agregar que está casado con una argentina, con la que aún no tiene hijos.

Cada canción tiene su fundamento filosófico, los textos se destacan por sobre las músicas y los arreglos, los cuales no ofrecen demasiada complejidad. Los climas del show tienen la densidad buscada, que apenas se ve alterada por algún tibio intento de palmas en la platea y por las inevitables exclamaciones femeninas (y algunas masculinas) en los temas más románticos.

No solo los políticos españoles fueron blancos elegidos en las letras más contestatarias. "Hija de Lilith", es un homenaje a la mujer rebelde y libre, canción que dedicó a las damas presentes y que encierra una crítica a la Iglesia.

Con "Amores imposibles", propuso justificar los sueños y luego de un nuevo encendido discurso sobre la crisis y los ajustes de Rajoy volvió a testimoniar en "Ya ves".

Quedó claro que Ismael Serrano quiere hablar de la realidad de España, el tema está presente toda la noche, tanto en varias de las canciones como en el discurso con el que teatraliza el transcurrir en el Café de los Recuerdos.

Ante algunas críticas recibidas, que califican a su propuesta como "aburrida", él se rió de sí mismo durante el espectáculo, repitiendo incluso lo que se dice: "Hay quien dice que si te pones un CD de Ismael Serrano en el bolsillo, se te duerme la pierna", consiguiendo que el público repruebe a sus detractores y avale sus formas.

Del disco nuevo no faltaron ninguna de las trece canciones y de los anteriores faltaron pocas, porque estuvo en escena durante tres horas y media, sin intervalos. Se fue y regresó tres veces con "Papá cuéntame otra vez", "Pequeña criatura", "Dónde estarás" y por último "Ana", ya con media platea vacía y con un público exhausto y agradecido.