El ejército israelí decidió desplegar un escudo antimisiles entre las ciudades de Netania y Tel Aviv, en previsión de un posible ataque de la guerrilla chiíta libanesa Hezbolá con misiles de medio alcance.

Según el diario Yediot Aharonot, el despliegue comenzará en los próximos días mediante la colocación de un número indeterminado de baterías Patriot que se encargarán de proteger y minimizar los daños en una zona en la que reside entre el 30 y el 40 por ciento de la población del país.

Los servicios de información del ejército israelí consideran que Hezbolá posee misiles de más de 120 kilómetros de alcance del tipo Zilzal, con cabezas de combate de 600 kilogramos.

El daño que uno de esos misiles podría causar en un centro urbano es muy superior a los que Hezbolá ha disparado estas últimas dos semanas contra la ciudad de Haifa o la Alta Galilea, que contienen varias decenas de kilos de explosivos.

Israel no tiene una respuesta efectiva para los misiles pequeños, ya que su estrategia en la última década ha sido la de desarrollar sistemas de defensa contra misiles balísticos en poder de Irak, Libia o Irán.

Sin embargo, y tras el éxito de los Patriot en la última guerra de Irak con misiles de medio alcance, el ejército espera que los misiles estadounidenses puedan detectar y derribar los Zilzal.

Una de esas baterías fue desplegada hace dos semanas en la bahía de Haifa, otra en Safed y una tercera junto a una base aérea en el corazón de Israel.

En los próximos días se emplazarán nuevas baterías para defender Natania y Tel Aviv.

En los últimos días, distintos jerarcas de la guerrilla pro iraní, entre ellos su secretario general Hasán Nasralá, amenazaron con atacar poblaciones israelíes al sur de Haifa, lo que ha despertado el temor del Ejército a severos daños entre la población.

En caso de que esa ocurriera, el plan de contingencia israelí contempla que el Ejército tomaría el control de toda la zona, una situación que no ocurre desde hace décadas.