Aunque su escultural figura rara vez la delata J Lo no puede evitar una buena hamburguesa y una porción de papaas fritas. Parece ser que la comida chatarra es lo que más la tienta.
Y quizás son esos pequeños lujos alimenticios los que también ayudaron a contornear su cuerpo. Es que si algo caracteriza a Jennifer López es su físico curvilíneo. Un físico que tiene evidentes causas genéticas, pero también otras más relacionadas con la dieta.
Y es que la cantante es una confesa amante de la comida basura y revela que sólo trabaja para quemar grasas y estar en forma cuando tiene que promocionar un nuevo trabajo.
"Si tengo una película o album que promocionar, trabajaré muy duro para estar en forma para esos pocos meses", explica Jennifer en una entrevista a la revista Cosmopolitan. "Pero de vez en cuando como en McDonald´s y atravieso fases en las que no hago nada de ejercicio".
La cantante latina reconoce que, a veces, se permite caprichos: "La comida es un regalo en la vida. Está ahí para hacernos disfrutar".