Un joven de 18 años murió el domingo pasado a causa de las heridas que sufrió al ser atacado por un tiburón en la playa de Piedade, próxima a Recife, la capital del estado brasileño de Pernambuco. Fue mordido en sus genitales y en su pierna izquierda.

José Ernesto Ferreira da Silva, quien estaba en la playa de Piedade con el agua hasta la cintura, fue víctima del ataque de un tiburón tigre que le arrancó con su mordida el fémur y parte de sus genitales.

El muchacho, quien no le había avisado a su familia que iría a la playa, fue internado en terapia intensiva en el Hospital de Restauracao, en Jabotao dos Guararapes, donde falleció.

Según la prensa local, los guardavidas advirtieron al joven sobre los riesgos de bañarse en la zona de alerta de tiburones.

Con este caso, subió a 25 el número de muertes registrados desde 1992 en las playas de Pernambuco, donde en toda la costa de Recife y las vecinas Olinda y Jaboatao dos Guararapes existen carteles que piden no bañarse en las cálidas y transparentes aguas a raíz de los ataques de tiburones.

Desde 1992, 65 personas fueron atacadas por los tiburones, que por una serie de factores climáticos y de alteración de la costa se acercan a las playas, según el Centro de Monitoreo de Tiburones (Cemit).

Según estudios que realiza la Universidad Federal Rural de Pernambuco, existen varios factores para los ataques de tiburones a humanos en las costas de este estado nordestino, entre ellas el avance urbano sobre la costa, destruyendo ecosistema en ríos y mar y la construcción del puerto industrial de Suape, uno de los principales polos exportadores del país.