Después de casi un año de su muerte, finalmente una corte inglesa logró determinar que la jugadora de rugby Sarah Chester falleció a causa de un fuerte tackle. La full-back de las London RUFC recibió un duro golpe en la cancha en octubre de 2014 y murió un mes después. Tras la violenta jugada, Chesters había asegurado que, a pesar de un dolor en la clavícula, estaba bien y se había negado a recibir asistencia médica. Durante unos 30 días continuó con su rutina habitual, hasta que un día se descompensó y ahora descubrieron por qué.

Según publicó el diario inglés Daily Mail, Chesters sufrió una fuerte entrada durante un encuentro y debió dejar el campo de juego molesta. Sin embargo, cuando se le ofreció ayuda médica y el traslado en ambulancia hacia algún centro de atención hospitalaria, lo descartó.

Las semanas siguientes transcurrieron con normalidad pero el 13 de noviembre de ese 2014 la joven comenzó a sentirse descompuesta y mareada y acudió al hospital donde le detectaron una lesión en el cerebro. Murió una semana después.

Este lunes la Corte de North Staffordshire determinó que la joven mujer murió por el tackle de aquel octubre. “Cuándo ocurrió la lesión no es claro. Pudo ser el resultado del golpe inicial o del golpe contra el suelo”, señaló el juez Ian Smith.