La Amazonía brasileña está desde hoy más conectada al mundo gracias a una nueva antena que llevará conexión a Internet de banda ancha y tecnología celular de tercera generación a cerca de 20.000 personas de comunidades remotas del estado de Pará, en el norte del país.

La antena, que comenzó a funcionar este viernes, fue instalada el pasado 12 de octubre en modo de pruebas en la pequeña Belterra, municipio de casi 13.000 habitantes que hasta ahora vivían "aislados", sin conexión móvil ni Internet, en lo más profundo de la Amazonía.

La iniciativa fue desarrollada por la operadora móvil Vivo, sociedad de riesgo compartido de Telefónica y Portugal Telecom, y la sueca Ericsson, como parte de un proyecto mayor de inclusión digital que lleva a cabo la Organización No Gubernamental "Saude e Alegría", que desde hace 22 años trabaja para combatir el aislamiento de la región, ente otros aspectos.

Y es que, según la Agencia Nacional de Telecomunicaciones (Anatel), hasta el año pasado la brecha digital afectaba a 1.836 de los 5.557 municipios que conforman la geografía brasileña.

Esta cifra, según el superintendente de Servicios Privados del organismo, Jarbas Valente, se ha reducido drásticamente en el último año hasta situarse en poco más de 400 municipios no atendidos, los cuales, agrega el funcionario, deberían salir del aislamiento digital antes de abril del próximo año.

El reto es todavía mayor en los llamados estados de la Amazonía legal (Acre, Amapá, Amazonas, Mato Grosso, Pará, Rondonia, Roraima y Tocantins), donde además, según un informe de Unicef, existen todavía 90.000 adolescentes analfabetos y aproximadamente 160.000 niños entre 7 y 14 años fuera del colegio.

"No se trata de hacer caridad, sino de dar herramientas para que estas comunidades luego se sustenten", explicó a Efe la presidenta de Ericsson en Brasil, Fátima Raimondi, quien asegura que "traer la comunicación a estos lugares mejora sus condiciones de vida".

Para Raimondi, iniciativas como estas mejoran la autonomía de las comunidades amazónicas y disminuyen su dependencia, además de aumentar su poder de negociación "porque sin conocimiento ni educación pierden fuerza para negociar".

La empresaria aprovechó para desmentir lo que, según ella, son tópicos sobre una hipotética falta de interés de la población por las nuevas tecnologías y apuntó que "inmediatamente después de colocar las antenas la gente empieza a utilizarlas".

"No es por falta de dinero que la gente no se conecta, sino de acceso", sentenció Raimondi.

La nueva Estación Radio Base (ERB) de Belterra, con un radio de acción de hasta 60 kilómetros, pondrá en marcha además una herramienta de monitorización de la región que actuará fundamentalmente en las áreas ambientales y de salud.

Esta herramienta permitirá obtener mayores informaciones sobre la zona así como sobre sus índices de calidad de vida.

Este hecho, según la presidenta de Ericsson, ayudará a unir la función social de la estación con la medioambiental, en lo que se refiere a la lucha contra la deforestación de la Amazonía.

Frente a esto, las autoridades locales expresaron la necesidad de preservar la identidad de las comunidades y el reto de "integrarse en el mundo permaneciendo amazónicos".

Un nuevo desafío, sin duda, para una región que lucha por no quedarse al margen de la situación de bonanza y crecimiento que está experimentando el país en los últimos años.