Tras la intevención de la obra social del gremio bancario, en el marco de una investigación por la venta de medicamentos adulterados, la filial rosarina se quedó al borde del abismo. Es que el sanatorio Julio Corso ya no presta sus servicios a los afiliados bancarios quienes no cuentan ya con un lugar para ser internados.

En diálogo con el periodista Pablo Procipio en Radio 2, Jorge Rodríguez, secretario adjunto de La Bancaria Seccional Rosario, confirmo que “se cortó el servicio de la única atención que tenemos y ahora sólo contamos con la clínica sindical bancaria que se sostiene con recursos de la mutal que cubre atenciones médicas pero no internaciones”.

Para resumir el estado de las cosas en la obra social, sostivo: “Ante una gravedad, nos encontramos en una situación deseperante. No podemos soportar más una situación de este tipo”.

Rodríguez explicó que “la problemática de la obra social viene de mucho tiempo atrás con dificultades económicas. El desfinanciamiento produjo una crisis que se agravó con la intervención que se hizo por las causas judiciales abiertas”.

Hacia adelante, el futuro es igualmente incierto: “Ayer tuvimos una reunión en Capital Federal y hay conversaciones para reponer los servicios en forma inmediata. Esperemos que en las próximas horas se solucione el problema”.

Actualemente, unas 3 mil personas están afiliadas a la obra social bancaria: “Existe un grave problema de desfinanciación porque gran parte del gremio se fue. Los dueños de los bancos tienen acciones en las prepagas y pasaron a muchos empleados”, justificó.