El boom de la construcción en Rosario, no sólo cambió la fisonomía de la ciudad en los últimos años, sino que también provocó un sinnúmero de conflictos con los vecinos aledaños a las obras, que en muchas ocasiones sufrieron daños en sus propios inmuebles.

Pero estos inconvenientes indeseados no sólo los causa la construcción de los grandes edificios, sino también la impericia con que algunos propietarios introducen mejoras en sus viviendas, sin autorización y sin consulta técnica.

Eso es lo que sucedió en 2005, en un viejo edificio de propiedad horizontal, situado en la zona céntrica de Rosario, donde uno de los consorcistas, por fuera del reglamento y sin autorización de la administración del edificio, extendió los límites de su propiedad, perjudicando a la vecina de planta baja. La mujer lo demandó y la Justicia ordenó ahora demoler lo construido y pagar a la damnificada por los daños y perjuicios ocasionados.

El edificio está en San Lorenzo 1.150 y el propietario de la unidad 3 del primer piso avanzó sobre el departamento de la planta baja, construyó una terraza con dependencias, sin siquiera permiso municipal, alterando la estructura de la edificación donde habitan varias familias, y perjudicando sus condiciones de vida.

La obra que ejecutó por sus propios medios sin el control técnico de ningún profesional –con el consecuente riesgo que esto conlleva– provocó numerosos daños, rajaduras y deterioros graves en la vivienda de planta baja, a raíz de lo cual la propietaria le inició una demanda por daños y perjuicios.

El Tribunal Colegiado de responsabilidad extracontractual N° 2, condenó al demandado a que en 20 días proceda a la destrucción de todas las obras realizadas, a la restitución de la situación al estado anterior a las obras, y al pago de todos los gastos, costas y honorarios.