La Justicia procesó a la viuda de Sebastián Forza por considerarla responsable de la comercialización de medicamentos oncológicos falsos. Se la acusa por su actuación durante el tiempo que presidió la droguería Baires Med, de la cual su marido era apoderado.

La Sala 2 de la Cámara Federal porteña procesó a Solange Bellone, viuda de Sebastián Forza, el empresario asesinado en agosto del año pasado en General Rodríguez, por haber sido "supuestamente responsable de la venta de medicamentos oncológicos falsos".

En un fallo donde se ordenó al actual juez del caso, Ariel Lijo, fijarle un embargo y disponer "medidas" para evitar eventuales fugas, la sala II de la Cámara Federal porteña revocó una falta de mérito de la que gozaba la mujer.

Esta es una causa anterior y paralela a la que ahora tramita el juez federal Norberto Oyarbide relativa a la venta de medicamentos adulterados a obras sociales.

El tribunal de apelaciones advirtió sobre "las gravísimas y eventualmente fatales consecuencias que maniobras como las analizadas generan en la salud de la población" al encomendar avanzar con "celeridad" en la pesquisa para buscar más responsables, según el fallo al que accedió Télam.

La medicación adulterada fue "Herceptin 440 miligramos", prescripta para el tratar "cáncer de mama metastático con hiperexpresión tumoral de HER2", detallaron los camaristas Horacio Catan, Martin Irurzun y Eduardo Farah.

En la causa se probó que fue suministrada a dos pacientes por sus obras sociales, Fedecamaras y el Instituto de Asistencia Social al Empleado Público (IASEP), luego de ser adquiridos al menos en un caso a Baires Med.

"Se encuentra debidamente acreditado que las unidades medicinales aludidas fueron entregadas a las pacientes por sus respectivas obras sociales -IASEP y Fedecamaras- y que aquellos presentaban sustanciales diferencias con los originales, tanto en lo que atañe a sus envases como a sus contenidos, que carecían del principio activo declarado", consignó el fallo.

También se determinó que "tales medicamentos habían sido vendidos por las droguerías Biofar y Seacamp, respectivamente, y que ninguna de ellas pudo justificar debidamente la procedencia de la totalidad de las unidades comercializadas".

Bellone era "accionista y presidente de la Drogueria Seacamp SA, que operaba comercialmente bajo el nombre de fantasía Baires Med, luego cambiada su denominación a Sanfor Salud".

En una de las inspecciones hechas al lugar, el 17 de mayo de 2007, el entonces apoderado de la firma y luego asesinado Forza, aseguró haber devuelto los lotes del medicamento al laboratorio productor, algo negado por Roche.

La mujer había sido beneficiada con la falta de mérito por el juez de instrucción en lo criminal Federico Salvá, pero al ser apelada esta decisión por el fiscal Marcelo Munilla Lacasa, la Cámara del Crimen entendió que correspondía enviar la pesquisa al fuero federal.

Por ello el expediente recayó en el juzgado de Lijo, quien primero envió todo a su superior, la Cámara Federal, para que resolviera la situación de Bellone.

Los camaristas calificaron de "inverosímiles" las explicaciones dadas por la acusada sobre su rol en la empresa y las consideraron un "vano intento por mejorar su comprometida situación procesal".

El tribunal ordenó ahora a Lijo con carácter de "necesario e imperioso" profundizar la investigación sobre la venta de este medicamento por parte de la droguería que entonces manejaban Bellone y su marido, una de las víctimas del bautizado "Triple crimen de General Rodríguez".

La causa se originó el 2 de mayo de 2007 en el fuero criminal ordinario por denuncia del entonces titular del Instituto Nacional de Medicamentos, Carlos Chiale.

A ese organismo había llegado un farmacéutico del Hospital Italiano, Santiago Isolabella, para denunciar que una paciente había concurrido para aplicarse "el medicamento inyectable prescripto para afecciones de tipo oncológico Herceptin 440 mg".

El profesional sospechó de la presentación del producto porque tenía "diferencias apreciables con aquellos que manejaba habitualmente" y por eso lo retuvo.

Paralelamente surgió otra denuncia de un médico del hospital Tornú y se encargó una pericia al laboratorio productor, Roche, de donde surgieron "doce diferencias sustanciales" con el medicamento original.

Además se inspeccionaron farmacias como "San Antonio", la del sanatorio San José y la droguería Núcleo Farma, donde se detectaron "irregularidades" en los medicamentos "encontrándose nuevamente a la droguería Baires Med en la cadena de comercialización".

También se estableció que, a su vez, Baires Med intentó demostrar la compra lícita de los remedios presentado facturas de una droguería dada de baja antes de esa operación y de otra cerrada desde febrero de 2007.

Fuente: Télam