Hasta hace poco era impensable, pero ahora surge como una necesidad: hay que limitar el crecimiento de la construcción en la ciudad. Primero fue Buenos Aires, donde se prohibió por tres meses la edificación hasta que se regule. Y desde la Municipalidad admiten la posibilidad de tomar una medida en ese sentido.

Según la Asociación Construya, las ventas del sector construcción crecieron 15,9 por ciento en el mes de octubre, en comparación con setiembre de 2006 y no sólo los empresarios se ven beneficiados con la explosión del rubro en los últimos meses, sino también lo están los trabajadores de diversos oficios ligados a la actividad que habían quedado fuera del mercado laboral después de la crisis de 2001. Sin embargo, parece que llegó la hora de poner límites o al menos ordenar el boom de los ladrillos, para frenar la saturación de edificios en determinadas zonas, cuestión que, entre otras cosas, pone en riesgo la prestación de servicios básicos.

En Buenos Aires, por ejemplo, el gobierno de la ciudad frenó por 90 días los permisos de edificación para los barrios Urquiza, Núñez, Coghlan, Palermo, Villa Pueyrredón y Caballito.

En Rosario, según la secretaria de Planeamiento de la Municipalidad, Mirta Levin, “el barrio que dio el puntapié inicial para el reordenamiento de la normativa vigente fue Pichincha”. En ese sector de la ciudad, fueron los propios vecinos quienes pidieron al municipio que ponga límites a la construcción de edificios y a la instalación de comercios –en especial los ligados al rubro entretenimiento– que perturbaron la habitual tranquilidad del lugar.

“El tema es que con las ordenanzas actuales se puede construir en altura en casi toda la ciudad, de manera que se hace imprescindible introducir cambios en la normativa si se pretende frenar o limitar por ejemplo la construcción de edificios en determinadas calles”, explicó Levin a Rosario3.com.

En ese sentido hay varios proyectos de ordenanza presentados en el Concejo. Lo que se pretende con las nuevas normas de construcción es determinar criterios adecuados a las nuevas características de la ciudad, pero también garantizar la provisión de servicios esenciales. “Si se saturan algunas áreas, esto no puede garantizarse”, asegura la funcionaria.

Los sectores de la ciudad que ocupan el centro del debate actualmente son: el centro de la ciudad y el primer cordón perimetral que rodea al microcentro y que está comprendido entre Pellegrini, 27 de Febrero, Oroño y  Francia.

La discusión apunta a modificar, entre otros ítems, el índice edilicio que estipula cuántos metros cuadrados pueden construirse por metro lineal de terreno. En la actualidad ese índice es de 5, es decir que por cada metro, pueden construirse 5 metros cuadrados. El índice experimentó una reducción en año 1986, cuando pasó de 7 a 5 y hoy se pretende disminuirlo a 3,5. Y así, reducir la densidad de departamentos en las zonas superpobladas de la ciudad y hacerlas más habitables.