Un trabajo realizado por un grupo de especialistas de la Universidad Nacional de Formosa (UNaF) aborda los aspectos centrales de la política de redistribución, es decir, cómo redistribuir los ingresos o la renta generados por la sociedad, cuestión que implica la participación del Estado en la economía.

Allí se analiza la distribución de la renta desde diversas perspectivas como la funcional, la territorial, la personal, per cápita y sectorial. En el primer caso, se analiza la evolución en el tiempo de la participación en la producción y apropiación de la renta por parte de la renta salarial y la renta no salarial.

El equilibrio territorial se mide a partir de la proporción de la participación de cada provincia o región en la producción y apropiación del ingreso nacional. Este análisis muestra que la Pampa Húmeda, más Mendoza, concentran casi el 80 por ciento de los ingresos generados en el país.

La distribución personal se analiza a partir de la estratificación, en diez partes iguales, de los perceptores de ingresos, que da cuenta del grado de concentración por segmentos. A su vez, el ingreso per cápita denota un correlato entre la distribución territorial y este indicador ya que las provincias que no pertenecen a la Pampa Húmeda también poseen menores ingresos per cápita. Por último, la distribución sectorial se refiere a la participación que tienen los sectores primario, secundario y terciario en la renta como a cada uno de sus subsectores, en los que también existen rentas o ingresos salariales e ingresos no salariales.

Las políticas de inversiones públicas pueden generar el desarrollo de programas de obras públicas (caminos, vivienda, escuelas, hospitales) que tienen importantes y variados impactos redistributivos ya que crean puestos de trabajo en forma masiva y los bienes son utilizados por los mismos sectores de bajos ingresos. La política de rentas y precios puede tener una finalidad redistributiva mediante la intervención en los mecanismos de fijación de salarios y precios en el mercado. El sostenimiento de los ingresos de los agricultores, ante el debilitamiento de los precios de los productos y sus fluctuaciones, fue un objetivo tradicional. En cambio, la política de precios máximos fija un precio que permite a los sectores de bajos ingresos adquirir bienes de primera necesidad (pan, azúcar, fideos, yerba, polenta, etcétera).

Finalmente, según la política de distribución de activos, se marca que la propiedad de los activos suele estar más concentrada que los ingresos y esta es la causa central de esa concentración.

Fuente: Instituto de Estudios Productivos y Económicos – Universidad Nacional de Formosa