La Unesco denunció que los avances registrados en los últimos quince años en el acceso a la educación en el mundo se han frenado, y lamentó que el número de niños sin escolarizar, que en 2010 se elevó a 61 millones, permanezca estancado.

Esa cifra, según el último estudio del Instituto de Estadística de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), fue equivalente a la registrada en 2008.

El texto apuntó que las más beneficiadas por los esfuerzos encaminados a mejorar el acceso a la enseñanza habían sido hasta ahora las niñas, que representaron en 2000 el 58 % de los menores sin escolarizar, y el 53 % en 2010.

La mayor parte del estancamiento se atribuye al África subsahariana, donde "casi uno de cada cuatro niños en edad de cursar primaria nunca ha asistido a la escuela o abandonó los estudios antes de terminarla", y en la que incluso el número de párvulos sin escolarizar aumentó de 29 millones en 2008 a 31 millones en 2010.

Los avances "significativos" se lograron en Asia meridional y occidental, donde el número disminuyó de 39 millones a 13 millones entre 1990 y 2010, mientras que en las demás regiones del mundo esas cifras totales fueron "mucho menores".

Así, según esos datos, en 2010 hubo cinco millones de niños sin escolarizar en los Estados árabes, 2,7 millones en América Latina y el Caribe, 1,3 millones en América del Norte y Europa Occidental, 0,9 millones en Europa central y oriental, y 0,3 millones en Asia Central.

Su Instituto de Estadística calculó que de los 61 millones de niños mencionados solo el 27 % podría llegar a tener acceso a la enseñanza, mientras que otro 26 % empezará los estudios pero no los terminará, y un 47 % nunca tendrá oportunidad de estudiar.

La directora general de la UNESCO, Irina Bokova, indicó que "la moraleja" que encierran esos datos es evidente, y apunta a la necesidad de un compromiso mundial "mucho más enérgico" y a políticas nacionales que den prioridad a la tarea de llegar a los niños más marginados.

Para esa organización, la imposibilidad de acceder al sistema educativo suele deberse a esa marginación, porque habitualmente son los habitantes de zonas rurales remotas y pobres, los afectados por los conflictos o los miembros de las minorías étnicas, raciales o lingüísticas quienes suelen quedar excluidos de la enseñanza.

"Si velar por la instrucción es un imperativo moral en sí mismo, lograr la educación primaria universal también tendría consecuencias de largo alcance en materia de desarrollo", recordó el organismo, según el cual en los países de rentas bajas, cada año adicional de escolaridad añade un 10 % al ingreso medio de cada persona.

La Unesco agregó que hay estudios que reflejan que cada año adicional puede traducirse en un aumento anual del PBI del orden del 0,37 %, y sostuvo también que la educación beneficia igualmente a la salud, al aumentar las probabilidades de dar a luz en condiciones seguras, vacunar a los hijos y protegerse contra las enfermedades de transmisión sexual.

Fuente: EFE