La responsable de la administración del edificio de Salta 2141, Mariela Calvillo, pidió declarar en la primera jornada del juicio donde se investigan las presuntas responsabilidades en la explosión que dejó 22 muertos y 62 heridos el 6 de agosto de 2013. Lo hizo antes de que sus defensores comenzaran a realizar el alegado de apertura, una cuestión poco habitual. Afirmó que "está clara la culpabilidad" y apuntó contra el gasista Carlos García, el último que manipuló los elementos de conexión de gas. "Fue un error, no fue algo que alguien quiso que pasara", sostuvo.

A las 11.57, casi tres horas después de iniciada la primera jornada del debate oral y público en el Centro de Justicia Penal, el abogado Víctor Corvalán procedió a hacer su alegato de apertura. Simplemente comentó que una de las personas que defiende (todas de la administración de la torre) iba a hacer uso de la palabra. Un minuto después, Calvillo se dirigió hacia una silla colocada frente al tribunal. A paso lento, agarrada a un andador por una fractura en la cadera que, según adelantó su defensor, podría motivar que falte a algunas audiencias producto del dolor.

"Voy a empezar con una pregunta que me hago todo el tiempo. ¿Qué hago acá? No puedo responderme aún después de casi seis años. No entiendo el porqué. Realmente yo quiero justicia. Nunca pensé que iba a ser juzgada por administrar un edificio. Hay un error; hay datos erróneos; falta de responsabilidad. Siento que estoy acá por supuestos", expresó.

Calvillo relató que en 2013 ella era la administradora del edificio. Que su madre y su ex esposo, Norma Bauer y Carlos Repupilli, respectivamente –también sentados en el banquillo de los acusados–, "colaboraban" con ella. Según contó, su madre, una mujer jubilada de unos 70 años, "atendía el teléfono en la inmobiliaria, no cobraba sueldo y tenía contacto con la gente". En tanto, su ex pareja, abogado, la ayudaba "cuando había algún tema jurídico". 

"Recién hoy siento que puedo ser escuchada después de seis años. Las suposiciones, malas informaciones, crearon una opinión pública como que somos unos monstruos. Escuchaba la pena (pedida por Fiscalía y querella) de cinco años de prisión, que somos delincuentes terribles", amplió.

La imputada manifestó tener "dos expectativas" con el juicio: "Que me digan qué pruebas concretas tienen; que se demuestre perfectamente nuestra inocencia".

"Entiendo lo mediático del caso. Y a la vez me preocupa. Quizás por ser mediático yo estoy sentada acá. No sólo me pregunto por qué estoy acá; también si somos chivos expiatorios de algo más grande", expresó.

Según Calvillo, el día de la explosión se dirigió al edificio y aún recuerda "las imágenes terribles". "Fue shockeante. Estaba muy nerviosa, preocupada", señaló al tiempo que agregó que "declararon enseguida (ella, su mamá y su por entonces esposo) ante la policía, sin abogados". "La primera vez que vinimos a tribunales también vinimos solos. Ahora tenemos abogados porque se complicó la cosa injustamente", continuó.

La acusada enfatizó que en el allanamiento que se hizo en su inmobiliaria se dio "más documentación que la requerida por el juez" porque quería "proporcionar información a la justicia". 

Carlos García, el responsable según Calvillo

La administradora de Salta 2141 recordó una entrevista que otorgó el gasista que manipuló los elementos de conexión de gas minutos antes de la explosión. En aquella nota al diario La Capital el 11 de agosto de 2016, Carlos García pidió el "perdón" de los familiares de las víctimas por haber estado "en el lugar equivocado", y marcó que los abrazaría y lloraría. "Está clara la responsabilidad. Sé que es un caso terrible. Justicia es que se resuelva una culpabilidad, no que haya muchos culpables. Fue un error, no fue algo que alguien quiso que pasara", concluyó.

Calvillo luego respondió preguntas de algunos defensores y también de la querella. Entre las respuestas, dijo que "no conocía" a Pablo Miño, ayudante del gasista García, y que supo que él y el portero Pedro Flores fueron a detener el tránsito vehicular en Salta y Oroño cuando comenzó la fuga de gas.

A su vez, contó cómo llegó a contactarse con García. "Pedimos a Litoral Gas un gasista para cambiar el regulador. Nos pasaron el teléfono de la Asociación de Gasistas. Pedimos a uno para trabajar en consorcio y nos dijeron que no tenían a nadie, que ese día u otro se iban a poner en contacto con nosotros. Me llamó él y fue a ver el edificio para después contarle a los copropietarios lo que estaba pasando", relató y agregó que mantuvo un encuentro con los ocupantes de los departamentos para "contar el trabajo que iba a hacer". "Estaba habilitado para cambiar un regulador. Tenía como 20 años de experiencia. Consideré que era una persona idónea", finalizó.

Además, Calvillo manifestó que contactó al gasista José Luis Allala –a quien la Fiscalía pidió sobreseer, no así la querella– porque "en el edificio había falta de presión de gas". "Para mí había solucionado el problema porque después vino Litoral Gas y dio el alta del gas", indicó.

Una vez finalizada la declaración de la acusada, sus defensores Víctor Corvalán y Evelin Quain realizaron el alegato de apertura, donde sostuvieron que dudan que la Fiscalía "pueda probar que Calvillo contribuyó al lamentable hecho" que terminó encuadrado bajo la carátula legal de estrago culposo agravado.