Pasar las noches en vela en la casa de amigos no es un programa nuevo. Sin embargo, este plan –que le resulta divertido a los más chicos– se aggiornó a estos tiempos. Son varios los salones de fiestas infantiles que incorporaron al pijama party como una de las principales ofertas. "Los más resistentes llegan a pasar la noche despiertos, los otros se duermen en medio de la madrugada pero todos se divierten y disfrutan de esa aventura", sintetiza Lucía, propietaria de un pelotero y salón de fiestas de Necochea al 1600, a Rosario3.com.

Para los especialistas la tendencia no puede leerse sólo como una moda, sino también como un fenómeno social. "Se trata de un paso más en el crecimiento y en la maduración. Es que los chicos que aún no pisaron el terreno de la adolescencia se sienten más grandes cuando los padres los pueden dejar a dormir de un amigo o amiga y por eso los pijamas party son un buen momento de reunión", explican los profesionales.

Aunque para los padres a veces no es el mejor programa –tienen que llevarlos entre las 22 y las 24 de un viernes y madrugar el sábado siguiente para retirarlos entre las 8 y las 8.30 de la mañana– el plan parece ser el que más se impone entre los chicos de 9 y 11 años sobre todo mujeres a la hora de festejar un cumpleaños.

Viva la pijamada

"Nos ponemos el pijama, hablamos toda la noche de nuestras cosas, los chicos que nos gustan, nos peinamos, cantamos sin que nadie nos mande a la cama", cuenta Josefina de 10, una amante fiel del pijama party. "Lo más lindo de los cumpleaños es el pijama party porque se hacen más largos", agregó con picardía Renata de 11.

No es que el pelotero haya quedado atrás, pero en ese momento en que de la infancia a la adolescencia se instala una especie de bisagra, hay que apelar al ingenio para que los chicos encuentren un modo de diversión. Es ahí donde cobra auge: el pijama party o la pijamada.

Los chicos no son tan grandes como para salir solos, pero tampoco son tan chicos como para clamar por sus papás en mitad de la noche. En todo caso, cabalgan entre el misterio de pasar una noche entre amigos y cuentos de terror y la certeza de que apenas despunte el sol sus progenitores los irán a buscar.

"En su mayoría vienen chicos de 9 a 11 años. Pero también hay jardines que implementaron este sistema como el de la "dormida" o el "campamento" y organizan para venir a pasar la noche. La cosa funciona cuando los chicos ya están acostumbrados a quedarse de amigos, tías y abuelas y desde esa edad ya pueden empezar a participar", explicó la dueña del local.

Aunque la costumbre tiene un tinte unisex, las que más se adhieren a estos encuentros nocturnos son las chicas. "Son las que más se entusiasman con la idea. Vienen en grupos de amigas, muchas veces a festejar cumpleaños y todas hacen un esfuerzo enorme para seguir de largo sin dormir, como consigna de la noche", contó Lucía.

La "pijamada" comienza con el clásico pelotero, sigue con obras de teatro, coreografías, canciones, desfiles de pijamas y la idea de no pegar un ojo en toda la noche hasta que a la mañana desayunan en grupo antes de volver a su casa. "No todas lo aguantan, pero hacen el esfuerzo y muchas caen a las 4 o 5 de la mañana cuando ya no dan más de sueño", apuntó Lucía.