Se puede ser panzona y bailar la danza del vientre. Suena curioso –porque siempre se asoció el ritual de los velos con la panza chata– pero las embarazadas pueden animarse al "bellydance" y para los especialistas es una actividad aque ayuda a llevar adelante la gestación. Este viernes 22 a las 19, habrá una clase abierta y gratuita en la Sociedad Libanesa de Rosario (Italia 1075) para que las futuras mamás se animen a moverse.

Las ondulaciones de las caderas, los giros de la pelvis y los sonidos de la música árabe permiten que el bebé se acurruque mágicamente en cada oscilación. Fernanda González Casafús, es periodista, bailarina, profesora de danza y desde hace unos meses mamá en progreso. Un día dejó la radio donde trabajaba y durante varios años recorrió los países árabes trabajando como bailarina. Hace un año regresó, se casó con su novio de toda la vida y desde que supo que está embarazada se decidió a bajar un cambio pero sin dejar de bailar.

Desde ahí, se metió de lleno en el "bellydance prenatal" un baile, que tiene poca prensa pero según los especialistas, "fortalece y ayuda a todos los músculos del cuerpo que están involucrados con el embarazo". Que en el bellydance solamente trabaja el abdómen parece que es sólo un mito. También se ejercitan la espalda, el canal de parto y el piso pélvico.

Fernanda, cuenta que el término "bellydance" –que significa "danza del vientre". se popularizó en Norteamérica a fines del siglo XIX.

"Es una danza ancestral que se hacía en honor a las Diosas de la fertilidad y que se utilizaba como práctica para favorecer el alumbramiento, más que nada por sus movimientos de rotación de pelvis, de ondulación y de suave masaje de los músculos abdominales", explica Fernanda y agrega: "En el país no está muy difundida esta práctica para las embarazadas. Por eso, quiero convocar a todas las mamás a que se conecten con su propio yo y su femeneidad y vengan a esta clase inicial y abierta".

La danza con velos es una actividad de bajo impacto que fortalece el corazón y los músculos de la espalda. También aumenta la resistencia de hombros y brazos. Al bailar, se producen endorfinas que ayudan a sentir mayor energía  y reduce la sensación de dolor. Por eso, se la recomienda como preparación del parto.
Incluso, hay quienes la sugieren en el post-parto siempre y cuando la mujer se sienta con deseo, ánimo y condiciones de bailarla.