Ell fiscal Alberto Nisman, encontrado muerto en su departamento de Puerto Madero, había presentado ante la Justicia una denuncia contra la presidente Cristina Kirchner; el canciller Héctor Timerman; el diputado nacional y titular de La Cámpora, Andrés Larroque, y los piqueteros Luis D´Elía y Fernando Esteche.

Nisman acusó a Cristina y sus funcionarios y dirigentes cercanos de idear un plan para "fabricar la inocencia" de los iraníes acusados por el atentado a la Amia con el fin de obtener acuerdos comerciales que incluyeran el intercambio de granos y carne por petróleo barato.

El fiscal había pedido la indagatoria de los acusados y que para ello se habilitara la feria judicial, solicitud que fue denegada por la jueza federal María Servini de Cubría.

Además, solicitó que se trabara embargo por 200 millones de pesos a los acusados.

"Es la Presidenta la que decidió absolutamente todo", había asegurado el fiscal. Según su denuncia, ella fue quien "le da la orden a Timerman de limpiar a Irán de este problema" y también fue quien "estableció que exista una diplomacia paralela para manejar estas cosas".

La voz de la jefa de Estado no aparece en las cientos de horas de escuchas telefónicas que acompañan la denuncia. Pero el fiscal no tenía ninguna duda de que la idea de buscar "la redirección de la investigación y el desprestigio de las autoridades judiciales" había sido de la propia presidenta.