Entre los logros del año para la edición genética, la publicación destacó la creación de un "gen motor" diseñados para erradicar varias plagas, y la primera edición deliberada del ADN de embriones humanos, llevada a cabo por investigadores chinos la pasada primavera y no exenta de polémica.

Science también apuntó a la eliminación mediante CRISPR de 62 copias de ADN de un retrovirus en el genoma del chancho, un movimiento que "abre el camino a que se consideren órganos de cerdo para trasplantarlos a humanos que esperan una donación".

También se destacó la "capacidad superior" de CRISPR de situar un gen en el sitio correcto en comparación a los otros métodos de edición genética y competidores por tanto de CRISPR.

"CRISPR tiene un bajo costo y es fácil de usar, cualidades que permitieron a miles de laboratorios, estudiantes de secundaria y 'biohackers' empezar a explotar por igual la técnica de sólo tres años de vida", apuntó la publicación.

El método CRISPR había sido ternado en los dos años anteriores, y se convirtió en el primer finalista que años más tarde se eleva hasta la categoría de ganador.

"Es sólo un poco hiperbólico decir que si los científicos pueden soñar en la manipulación genética, CRISPR es capaz ahora de permitir que ocurra", indicó el editor jefe de noticias de Science, John Travis.

Pese a los avances de CRISPR y la edición genética, surgieron voces contrarias dentro de la propia comunidad científica que recomiendan ir con calma ante la posibilidad de un avance tan espectacular y advierten que es demasiado pronto para manipular el genoma humano y dejar las huellas de esa manipulación a las futuras generaciones.

Además de los posicionamientos religiosos que dicen que no debe alterarse lo que Dios creó, otros críticos señalan que los sistemas biológicos son extremadamente complejos y cambiar los genes humanos puede tener consecuencias imprevisibles.