Hace medio siglo, las evidencias científicas empujaron a las autoridades sanitarias a una batalla contra el tabaco que lo ha acabado sacando de los espacios públicos y ha reducido significativamente las muertes por cáncer. Ahora, una serie de artículos publicados por la revista científica “The Lancet” y elaborados para la revista por 33 investigadores de 16 países quiere poner el foco sobre otra lacra para la salud: la falta de ejercicio.

Según las conclusiones de estos estudios, hasta el 10% de las enfermedades no infecciosas del mundo (enfermedades coronarias, cáncer de colon y mama y diabetes tipo 2) se deben a la inactividad física, que en total causa en torno al 9% de las muertes prematuras que se producen en el mundo al año, más de 5,3 millones de los 57 millones de fallecimientos que se produjeron en 2008. Como referencia, el tabaco mata a cinco millones de personas anualmente.

En Argentina, uno de los países más afectados por el sedentarismo, causa el 18,2% de las muertes por enfermedades no infecciosas y un 20,2% de los casos de cáncer de colon.

Las cifras que se ofrecen en "The Lancet" son muy claras. Siguiendo su argumentación, los autores de los artículos calculan que, aunque no se eliminase del todo el sedentarismo, solo con disminuirlo un 10% o un 25% se lograrían evitar 533.000 o 1,3 millones de muertes al año. Llevado a la esperanza de vida de la población global, esto supondría un incremento de la esperanza de vida de 0,68 años. En España, el incremento llegaría a 0,78 años, y en un país como Argentina el aumento llegaría a 1,39 años.

La actividad que proporcionaría todos estos beneficios para la salud pública consiste en 150 minutos semanales de ejercicio físico moderado que se pueden cumplir con una caminata de media hora a buen ritmo cinco días a la semana. Esta recomendación se elevaría a una hora diaria de ejercicio para los adolescentes. Tomando esta referencia, 1.500 millones de personas (un tercio de los adultos y cuatro de cada cinco adolescentes y en ambos casos más mujeres que hombres) no cumplen los mínimos y se exponen a un incremento del riesgo de entre el 20 y el 30 por ciento de sufrir enfermedades del corazón, diabetes y algunos tipos de cáncer.

Dado el alcance de los datos recopilados, los autores reclaman que el sedentarismo se considere una pandemia global. “El papel de la inactividad física continúa siendo infravalorado pese a que existen evidencias sólidas de sus efectos protectores desde hace más de 60 años y la evidente carga económica que supone el sedentarismo en el mundo”, explica Harold Kohl, investigador de la Universidad de Texas y autor principal de uno de los artículos. Además, añade Kohl, la respuesta a este problema ha sido históricamente “incompleta, no ha estado bien enfocada, ha sido mal financiada y no ha tenido al personal dedicado necesario, sobre todo si se compara con los recursos dedicados a controlar los riesgos de otras enfermedades no infecciosas”.

Fuente: EFE