Aunque la fatiga crónica aparenta ser una patología propia de adultos, el 0,5 % de los niños y adolescentes la padecen y expresan mediante agotamiento, intolerancia al ejercicio físico y bajo rendimiento escolar.

Como ocurre en la población adulta, en la que esta enfermedad tiene un mayor impacto en mujeres frente a los hombres (en una proporción de uno a ocho o nueve), en la pediátrica también hay más chicas afectadas.

Un estudio efectuado en Gran Bretaña demostró que el Síndrome de Fatiga Crónica (SFC) es una de las causas más frecuentes de absentismo escolar. "Los psiquiatras, psicopedagogos y pediatras tienen que trabajar la frustración de los niños que debido a su enfermedad ya no pueden estudiar, cuando antes eran personas muy brillantes". Se ha visto que prácticamente el 20 por ciento de los pacientes tienen familiares directos con la enfermedad.

Los especialistas notan cada vez más factores desencadenantes del SFC, que es de origen multifactorial y se desencadena por la confluencia de varios.
Entre ellos figuran el estrés físico, las vacunas, los accidentes de tráfico, el parto, el sol, los virus del herpes 6 y de la hepatitis C (VHC) e incluso se ha visto que entre el 15 y el 20 por ciento de las mujeres con cáncer de mama, una vez finalizado el tratamiento, desarrollan fatiga crónica.

Los trabajos llevados a cabo por el grupo de Fisiología de la Universidad de Barcelona y del centro médico Delfos han puesto de manifiesto la importancia de las moléculas implicadas en la tolerancia al ejercicio físico. Entre ellas figuran los metabolitos del óxido nítrico y los niveles de proteína RNasal en los monocitos de la sangre periférica.

Fuente: Dmedicina