La lluvia, impiadosa y continua desde temprano, sembraba dudas acerca de la realización del partido del lunes entre Newell's y Defensa y Justicia. Pero el césped del Coloso le dio las garantías suficientes al árbitro Mauro Vigliano para que se juegue. Y el árbitro no se equivocó: la cancha soportó estoicamente hasta el final, dejando en evidencia el gran trabajo de los encargados de los campos de juego de la Lepra.

A sus 86 años, David Oliveri (el director del staff de cancheros de la entidad) fue homenajeado por los dirigentes en la previa del cotejo ante el Halcón por sus 48 años de servicio en el club. Y la gramilla del estadio le dio el mejor regalo: permitió la realización del cotejo a pesar de que nunca paró de llover.

 

Newlel's vs Defensa
El terreno se bancó la lluvia del lunes. (FotoBaires)

"Secretos no hay: todo es producto del trabajo y la dedicación", dijo Oliveri en Zapping Sport por Radio 2. "Acá los cancheros trabajan con seriedad, responsabilidad y con cariño", manifestó, remarcando la labor del canchero Guillermo Fernández, con quien trabaja a la par. "Si el jugador es bueno, plasma lo que indica el entrenador. Con él pasa lo mismo".

Para Oliveri, "es clave considerar que el campo de juego puede ser tan importante como el plantel mismo. Acá se busca asesoramiento, se buscan los mejores procesos de fertilizantes, todo para que esté perfectamente atendido".

"No es un piso artificial como otro, sobre un manto de piedra. Y tiene un desnivel que permite escurrir bien. Se vive rellenando cuando se baja alguna zona y tiene algunas llamadas 'espinas de pescado' como drenaje, para recolectar agua en algunos sitios y llevarla al costado. También en las dos áreas está todo preparado para que escurra verticalmente", comentó.

Sobre el trabajo día a día, expresó: "Se hace siempre un seguimiento diario, como si al día siguiente hubiera un partido. Hacemos continuamente coberturas de arena o tierra. La gramilla es una planta maravillosa que hay que cuidar y fertilizar. Y no se deja caer el riego y el corte, así no tenga uso".

 Para Olivero, "el poco uso, fuera de la competencia, es fundamental. Porque es una planta, que tiene que crecer y desarrollarse. No es como un trabajo de albañilería, que se cae una pared y se levanta al día siguiente".

El jefe de cancheros admitió que los recitales son los principales enemigos: "Tremendo. Tuvimos uno ahora y la cancha se destruye. Hubo que hacerle un tratamiento inmediato para sacarla adelante. Encima era en época de invierno, que no es ideal para el crecimiento de la gramilla, que sí es muy agresiva en verano. Le hicimos resiembra de invierno y la pudimos sacar".