No se saben los motivos reales pero los antecedentes lo condenan. Ariel Ortega pegó un nuevo faltazo a un entrenamiento, cuando debía presentarse a los trabajos que River realizó este martes en Ezeiza, a cinco días del superclásico ante Boca. Según trascendió más tarde, el futbolista se contactó con un miembro del consejo futbolístico del club y le explicó que la ausencia se debió a un problema que tuvo la hija del jugador en la escuela.

Tras el empate en Córdoba ante Belgrano, el plantel millonario comenzó la semana de prácticas con vistas al choque más importante de la segunda mitad del año, pero el Burrito, para sorpresa de todos, a la hora pactada (10 de la mañana) nunca apareció.

Desde el cuerpo técnico y los dirigentes riverplatenses, sin embargo, reinó la cautela a la hora de hablar de la inasistencia del delantero, ya que no se conocían los motivos que la originaron. Por eso, consultado sobre posibles sanciones para el jugador, "primero hay que saber qué le pasó", ya que "a lo mejor es una ausencia justificada", según expresó Domingo Díaz, vicepresidente segundo del club.

Ortega, que fue suplente ante los piratas e ingresó en el segundo tiempo, ya había problemas en su vuelta a River, cuando llegó tarde a un entrenamiento y el técnico decidió mandarlo a practicar con la reserva.