Por los beneficios para la salud y su sabor agradable, la miel fue utilizada desde tiempos remotos por el ser humano. Pese a ello, hoy en Argentina el consumo es muy bajo (a nivel local apenas llegamos a los 200 gramos al año), mientras que los grandes consumidores como Alemania, Estados Unidos y Japón superan ampliamente el kilogramo per cápita, según publicó Télam.

La miel es, sin dudas, el endulzante más antiguo y una fuente de energía rápidamente disponible por su composición de azúcares. Se pueden encontrar pequeñas cantidades de minerales y vitaminas del complejo B, vitamina C, D y E (entre otras) y una variedad importante de antioxidantes.

La miel argentina es considerada una de las mejores del mundo por su calidad, aunque menos del 10 % se vende en el mercado interno; representa una de las principales actividades para la agricultura familiar y las economías regionales.  Nuestro país compite con China por ser el primer exportador mundial. 

De la colmena al valor agregado

La miel no es el único producto de la colmena, también se obtiene gracias a las abejas la jalea real, el polen y los propóleos. Si de la miel se trata, surgen de ella una variada cantidad de productos, por ejemplo es ampliamente utilizada en la fabricación de cosméticos o bien como ingrediente en alimentos procesados, como también es un importante elemento de uso medicinal por su poder curativo, nutritivo y energizante.

Apicultores de la cooperativa La Agroapícola de Exaltación de la Cruz (provincia de Buenos Aires) buscan constantemente “que la miel se empiece a usar en la cocina y nos saquemos ese chip de usarla solo cuando nos duele la garganta. Es el mejor edulcorante y el más sano que tenemos” aseguraron.

Con tal fin, lograron la fórmula para obtener y comercializar dulce de leche con miel. “Lo principal es que retiramos parte del azúcar al dulce de leche y le agregamos miel. La ventaja que tiene es que lleva las propiedades de la miel y del dulce de leche en un solo producto, es rico, suave y con todas las propiedades juntas”.

Finalmente, los expertos aconsejan para comenzar a incorporar la miel todos los días, encontrar en primer lugar el tipo de miel que más nos guste, que se convierta en un alimento y no solo un medicamento. Un primer paso puede ser consumirla en el desayuno con una tostada o bien como endulzante (aprovechando que funciona como un excelente energizante) o como complementos en comidas saladas y dulces.