La inmunoterapia, la capacidad de promover que nuestro sistema inmune haga frente a las enfermedades, también puede ser una alternativa terapéutica para la diabetes tipo 1. Recientemente acaba de demostrar ser segura en un ensayo clínico. En él se ha visto que las infusiones de las células T inmunosupresoras son seguras y generan respuesta duraderas, un año al menos, en los pacientes. Los hallazgos respaldan la realización de otras pruebas con este enfoque, denominado terapia adoptiva de transferencia, y suponen una esperanza real para trasladar el éxito de la inmunoterapia en el tratamiento contra el cáncer a la diabetes.

La diabetes tipo 1 es un trastorno autoinmune que suele afectar a niños en los que su sistema inmunológico destruye por error las células que generan insulina en el páncreas. Durante mucho tiempo, los investigadores han intentado desarrollar tratamientos que corrigieran o reemplazaran las células T reguladoras, un tipo de células T que mantienen las respuestas inmunes controladas y, según se cree, están defectuosas en los pacientes con diabetes.

Un equipo de la Universidad de California en San Francisco (EE.UU.) ha llevado a cabo un ensayo piloto en fase 1 con la técnica de transferencia adoptiva de las células T reguladoras en 14 adultos con diagnóstico reciente de diabetes. Los investigadores buscaron células T reguladoras de la sangre de los pacientes, las cultivaron en el laboratorio y las volvieron a inyectar a los mismos pacientes. En total se inyectaron un total de máximo de 2.600 millones de células.

12 meses

Los resultados mostraron que las células T reguladoras diseñadas para la transferencia mostraron una mayor actividad en cuanto a la supresión en el cultivo que aquellas células que no había sido preparadas, lo que sugiere una posible capacidad de reparación de la respuesta inmune de las células defectuosas. Además, los investigadores comprobaron la vida de estas células y vieron que vivían en el sistema circulatorio de algunos pacientes durante más de 12 meses: hasta un 25% de las células terapéuticas infundidas eran detectables en circulación de los pacientes un año después de haber recibido una sola infusión.

«Esto podría ser un cambio de escenario», señala Jeffrey Bluestone, de la UCSF. Tradicionalmente se han utilizado fármacos inmunosupresores para la diabetes tipo 1, «pero este estudio nos abre un nuevo camino. Gracias al uso de las células T reguladoras para ‘reeducar’ el sistema inmunológico, podemos conseguir cambiar realmente el curso de esta enfermedad».

Los resultados positivos del estudio apoyan el desarrollo de una fase 2 para probar la eficacia de esta terapia. Según los investigadores, la transferencia adoptiva de células T reguladoras se podría combinar con otros tratamientos inmunológicos que estimulen la actividad de estas células para tratar a pacientes con diabetes tipo 1. Los resultados se publican en «Science Translational Medicine».

Además de su valor potencial como terapia de la diabetes, este tipo de células especialmente diseñadas son muy prometedoras como tratamientos para otras enfermedades autoinmunescomo la artritis reumatoide y el lupus e, incluso, como terapias para las enfermedades cardiovasculares, patologías neurológicas y la obesidad.