“Mezclar sustancias puede alterar la salud, provocar intoxicaciones o disminuir la eficacia de los medicamentos”, advierten los especialistas en referencia al consumo de hierbas medicinales en interacción con ciertos fármacos prescritos por los médicos.

No es extraño ver a una persona tomando valeriana para conciliar el sueño, gingseng para mejorar la memoria o té verde para disminuir el colesterol. Pero no todo es beneficio, advierten los expertos; en la tercera edad aumenta el consumo de medicamentos tradicionales y su interacción con los fitofármacos no siempre es positiva.

De acuerdo con el profesor Miguel Ángel Morales, presidente de la Sociedad Chilena de Fitoterapia y profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, muchos de los adultos mayores confían ciegamente en la eficacia de la medicina natural y dejan de tomar los fármacos prescritos por sus médicos. "Además, mezclan sustancias que pueden alterar su salud, provocar intoxicaciones o disminuir la eficacia del medicamento".

Esto ocurre porque los fitofármacos, indica el experto, son absorbidos y secretados con la participación de mecanismos similares a los medicamentos. Por lo mismo, hay que conocer si esa hierba medicinal puede interferir, por ejemplo, en el mecanismo de eliminación o asimilación de ciertos fármacos del organismo.

"Sabemos que un ansiolítico (alprazolam); fármacos para la depresión mayor, como el carbamazepine o para tratar la hipertensión (verapamilo) pueden perder sus efectos terapéuticos o enlentecer su eliminación si se mezclan con fitofármacos tan comunes como la uña de gato, la echinácea, el té verde o la manzanilla", explica el académico.

El uso simultáneo de estatinas tradicionales y naturales (como una levadura llamada monacus purpureus) es muy común en los adultos mayores, señala Miguel Ángel Morales, quien este fin de semana participó en el 6° Congreso Internacional de Medicina Complementaria con la conferencia "Interacciones entre plantas medicinales, fitofármacos y fármacos alopáticos".

"Los médicos recetan una cantidad determinada de estatinas, y cuando se suman las naturales se eleva la dosis ideal que necesita cada persona. Por lo tanto, pueden ver potenciados los efectos adversos que pudiera tener el fármaco, como dolores musculares, náuseas o molestias gastrointestinales", señala.

Donde sí se potencian los efectos terapéuticos de lo natural y lo farmacológico es en aquellos pacientes diabéticos. Un medicamento recetado para manejar la diabetes perfectamente puede ser complementado por infusiones con propiedades antioxidantes, como el té verde o el ginkgo biloba. "Estos últimos ayudan a prevenir el daño que provoca esta enfermedad metabólica en los vasos sanguíneos".

Para los mayores con síntomas depresivos y a quienes los medicamentos les causan muchos trastornos, una alternativa natural que ha tenido muy buenos resultados es el uso de la hierba de San Juan. "Lo mismo ocurre con los tratamientos antigripales, los que se pueden complementar con fitofármacos como la echinacea o las hojas de andrographis paniculata" . Ambas ayudan a acortar la duración y la intensidad de los síntomas de la gripe.

Fuente: El mercurio