Si las propiedades de la lechuga no inclinaron la balanza de las preferencias hasta la fecha, ciertos valores atribuidos a la insulza hoja verde podrían generar un cambio en la dieta. Resulta que algunos pueblos de la antigüedad le atribuyen al vegetal la capacidad de incentivar el apetito sexual.

Los egipcios creían que la lechuga era la clave para volverse víctima de la pasión y la lujuria, según informa la revista Smithsonian.

Bajo el título “Cuando la lechuga era un símbolo sexual sagrado”, el artículo de la publicación estadounidense sobre ciencia, naturaleza e historia, explica que en el Egipto antiguo (hacia el 2000 a.C.) el vegetal se puso de moda como un eficiente método para aumentar la libido.

Los seguidores de Isis, creían tan firmemente que estimulaba el deseo sexual, que la transformaron en el símbolo del dios egipcio de la fertilidad, Min, representado siempre junto a la planta (y con su miembro erecto) en murales y relieves.

Se creía que sus hojas verdes podían ayudar a realizar el acto sexual sin descanso y alcanzar un estado divino.

Si bien no hay una razón científica, Salima Ikram, profesora de egiptología en la Universidad Americana de El Cairo, sostiene que la conversión de la lechuga en símbolo del sexo pudo tener que ver, fundamentalmente, con la forma en que crece: recta y alta.

El dato es que también los griegos y los romanos opinaron sobre el tema. Ambos pueblos afirmaban que la lechuga era la clave para dormir como un bebé y que era causante de impotencia en los hombres. A las pruebas habrá que remitirse.