Matilde Baroni

“Lluvia Constante” es el retrato de dos hombres comunes y corrientes, dos policías, amigos, compañeros, cómplices, cuasi hermanos, atravesados por culpas, responsabilidades y deseos que reflejan no sólo la relación de amistad entre dos personas sino los avatares de la sociedad de hoy.

Los personajes representados por Rodrigo De la Serna (Dani) y Joaquín Furriel (Rodo), atraviesan por sensaciones de angustia que se fragmentan con líneas de humor, lo que hace que la obra sea más amena, por momentos.

El sonido de la lluvia y el taller de autos como escenografía permiten que el espectador pueda ingresar sin problemas en el mundo de Dani y Rodo. Dos amigos de la infancia que poseen tantas variaciones en sus personalidades como en las anécdotas que narran durante la obra.

Furriel (Rodo) compone a un personaje tibio, culposo, complaciente con su amigo, agradecido con él. En cambio, De la Serna (Dani), representa a un personaje grotesco, con líneas fascistas que a su vez muestra un costado humano, solidario, lo cual permite equilibrar las emociones del espectador.

Rodo y Dani muestran las máscaras de los personajes. Máscaras vinculadas a la existencia de cada uno. A medida que avanza la puesta, las máscaras se desintegran, los estigmas que los atraviesan producen situaciones densas en el transcurso de la puesta. En esta obra no hay buenos y malos. Lo que se retrata es la vida de dos hombres comunes y corrientes, con sus miserias y sus deseos de correrse de lugares de sometimiento.

Los actores interactúan con los objetos que constituyen la escenografía, nada forma parte al azar: andamios, latas, gomas de autos, barriles, un móvil que utilizan como patrullero. Las luces que remarcan las diferentes situaciones de la escena sumado a esto, la destreza y movimientos corporales, de los mismos, hacen que las actuaciones sean intensas y mantengan al público expectante.

Nunca visto

En medio de la obra, dos mujeres, casi al mismo tiempo se descompusieron, lo que produjo que la función se atrasara por casi veinte minutos. El retorno de los actores a escena estuvo acompañado de aplausos y Rodrigo de la Serna, tratando de seguir dijo: “Qué difícil”. Lo que hizo que los aplausos fueran aún más fuertes.
Más allá del “enfriamiento” que se produjo, no sólo desde el lado actoral, sino también del público, los protagonistas de la obra pudieron reincorporarse y retomaron la puesta sin problemas.

“Lluvia Constante” es una pieza teatral intensa, donde Javier Daulte logró exteriorizar lo lúdico de los actores. Dos héroes trágicos enfrentados por situaciones extremas, trascendentes pero unidos por una profunda amistad, hombro con hombro, siempre.