Integrantes de la Asociación de Investigación en Ludopatía (AIL) se reunieron con el diputado nacional Fabián Peralta (GEN) –que ocupa la vicepresidencia de la comisión de Prevención de Adicciones de la Cámara Baja– a fin de evaluar la evolución del juego patológico en Santa Fe y definir trabajos en conjunto para disminuir los efectos que produce en la sociedad esta adicción.

“Desde hace tiempo venimos preocupados por el avance de la ludopatía en la Argentina, y particularmente en Santa Fe, por ello nos hemos reunido con las dirigentes de AIL que hace una década vienen trabajando tanto en la sensibilización del tema, como en el tratamiento de los adictos”, dijo Peralta a Rosario3.com.

El diputado cuestionó la instalación de casinos en Santa Fe y responsabilizó al Estado provincial por no brindar contención a las personas para las cuales jugar es una adicción y no un mero entretenimiento.

“Pensar que al instalar tres casinos, entre los que se encuentra el más importante de Latinoamérica, iba a ser inocuo en términos sanitarios era una ingenuidad. Por eso, hay que lograr una presencia más importante y efectiva del Estado en resguardo del ciudadano que padece esta enfermedad”, afirmó el legislador, y aclaró que “no se puede pedir a las empresas que manejan los casinos que se ocupen del aspecto social o sanitario, ya que ni siquiera garantizan la efectividad del registro de auto exclusión. Ésa es una responsabilidad y un deber del Estado”.

“Además, no se puede vincular –como se está haciendo a través de la propaganda oficial– el juego con la ayuda social, porque si para dar bienestar a la población tenemos que fomentar el juego, estamos muy mal”, concluyó el legislador.

El trabajo voluntario

AIL trabaja de manera solidaria y gratuita para brindar apoyo a los adictos al juego que piden ayuda o a sus familiares y amigos que recurren a ellos.

“La Asociación tiene varias líneas de trabajo en prevención y en asistencia”, explicó a Rosario3.com, Susana Presti, socia fundadora e integrante del equipo de investigación del grupo. “En una primera etapa que denominamos «de sensibilización» tratamos de dar a la persona que consulta, toda la información que consideramos necesaria para tratar su adicción, y lo acompañamos en la toma de conciencia del problema; y en la segunta etapa «inespecífica o integral» trabajamos desde lo lúdico, para fortalecer el bienestar, la creatividad y la postura activa frente a la vida, con actividades ligadas al tiempo libre”, precisó la dirigente.

Desde AIL destacaron que realizan su tarea en total soledad, sin acompañamiento ni presupuesto público o privado para mantenerse. Las consultas son gratuitas, al igual que la terapia grupal indicada para dar contención a las personas adictas.

Las cifras de un problema que crece

Si bien en Santa Fe no hay estadísticas referidas a ludopatía, Peralta resaltó que “según un estudio realizado en Capital Federal, entre las personas que han buscado rehabilitarse mediante terapia, un 10 por ciento de las mujeres y un 15 por ciento de los hombres han tenido algún intento de suicidio. Con estos datos, queda en claro la gravedad de esta adicción”, afirmó.

Según relevamientos propios de la AIL, la proporción de mujeres y hombres ludópatas que consultan y piden ayuda para abandonar su adicción es fluctuante. “Actualmente –dijo Presti– los hombres superan en apenas un punto a las mujeres, pero hubo épocas en que la proporción fue inversa”.

“Lo que sí está claro es que las consultas se multiplicaron desde la instalación de los casinos en Santa Fe. La mayoría de los que reconocen su adicción y quieren superarla son personas adultas mayores, cuyas edades oscilan entre 25 y 50 años. A veces concurren por cuenta propia y otras, son sus familiares o amigos los que piden ayuda, porque no saben cómo resolver el problema”, explicó la dirigente.

Según reconocen los propios ludópatas, el casino es el lugar al que más concurren a jugar y dentro de el mismo, las máquinas tragamonedas, las más visitadas.

Pero si bien el casino es el principal atractivo, no es el único. Algunos consultantes reconocen que también tienen adicción al juego de la quiniela, en forma individual o conjuntamente con el de las salas de juego.