Desde el martes pasado, A. está en reposo absoluto. Se alimenta con sopas y licuados. No puede masticar desde que un compañero de la escuela le fracturó el maxilar y le hizo caer tres dientes. Su mamá, Gabriela, aseguró que entre los muchachos no existían problemas. Sí apuntó contra el colegio, la San Francisco Solano de barrio Echesortu. Dijo que hacía un tiempo se repetían los casos de violencia.

Para Gabriela lo ocurrido “fue la reacción automática de una persona violenta” y llamó la atención sobre el accionar de la escuela. Dijo que al momento de la agresión, los chicos estaban sin supervisión de adultos y que fueron otros alumnos quienes asistieron a su hijo y lo acompañaron a la oficina de dirección.

“La escuela viene con casos de violencia que desconocía, empujones en escaleras, maltrato a los chicos”, advirtió.

Consultada sobre el estado de salud de su hijo, Gabriela refirió a Radio 2 que pese a no poder masticar ni hablar del todo bien, A. está bien de ánimo; con ganas, incluso de regresar a clases. “Pero el cirujano dice que es imposible porque no están pegados los dientes todavía”, explicó.

El martes pasado, en el recreo de las 11.35, un compañero de su hijo lo agredió salvajemente; con tal saña que le fracturó el maxilar y le hizo perder algunas piezas dentarias. “Me tuve que llevar los dientes en un vaso de leche para ver si se podía reimplantar”, contó a Rosario3.com.