El drama del narcotráfico desde otra mirada. La de una madre desesperada por la adicción de su hijo adolescente, que sufre no sólo por verlo entregado a las drogas sino ante el riesgo de que lo maten. Es que al chico de 15 años ya lo balearon una vez los llamados “soldaditos” que responden a un búnker del barrio Nuevo Alberdi.

Ese kiosco de estupefacientes, que abastece también a vecinos de Cristalería, “lleva siete años funcionando”, según la denuncia que Claudia hizo públicamente, ante las cámaras de El Tres.

“Nosotros vivimos también en Granadero Baigorria y en Fisherton; en todos los barrios hay droga, pero acá abunda”, sostuvo, a la vez que contó que su hijo “es adicto a las pastillas, la marihuana, la cocaína”, sustancias que a pesar de su corta edad ya lo tienen “perdido, como si fuera un enfermo mental”.

Aseguró además que lleva “dos años pidiendo ayuda al Juzgado” para poder contar con asistencia para el joven antes de que caiga en algún delito que aleje de su casa. “Quiero una internación en alguna granja –para personas adictas–; no quiero la cárcel, quiero una cura, y no me la dan”, expresó en medio de su angustia.

En diálogo con la periodista Almudena Munera (Telenoche), Claudia apuntó que esa parte del noroeste de la ciudad está “llena de pibes enfermos, que no tienen más neuronas” por culpa de las drogas. “Los ves y dan pena”, lamentó.

Y aparte del serio problema que el flagelo en sí representa para la salud de los chicos, la mujer teme que lo peor pueda llegar por otro lado. “Acá abundan los tiros, en los últimos meses hubo más de diez muertes, siempre te enterás que matan a alguno”, señaló.