Lo que la tormenta se llevó. Mucho de lo que arrasó el vendaval y la pedrada fueron vidrios: de autos, casas y negocios.

Por eso desde que pasó el temporal los vidrieros se convirtieron en los más buscados y no sólo acumularon gran cantidad de trabajo desde la tarde de ayer, sino que muchos decidieron terminar los pedidos en horas de la madrugada.

Claro, que tanto esfuerzo no cuesta poco para quienes quieren dejar sus autos, casas y locales tal como estaban antes de la pedrada. Es que los vidrieros modificaron la tarifa de precios con la excusa de que trabajan a contrareloj y con una fuerte demanda.

“La gente empezó a llamar desde que paró la lluvia. Tuve trabajo como nunca antes y estuve terminando pedidos hasta las tres de la mañana”, contó a Rosario3.com, Darío de Passaglia vidrios,

En su comercio, Darío recibió después del vendaval entre 60 y 70 ventanas de distinto tamaño y forma. “Las terminé entre la tarde y la noche a la mayoría y hoy arranqué desde las siete de la mañana para concluir el resto, pero el teléfono no para de sonar y la gente sigue pidiendo presupuestos”, señaló el vidriero.

A partir de la larga hilera de clientes con aberturas destrozadas y vidrios rajados los vidrieros le encontraron rápidamente la veta positiva al intenso temporal. Todos fueron modificando sus tarifas y un vidrio de un metro por un metro que hasta ayer salía 50 pesos, después de la lluvia y las piedras que azotaron a la ciudad trepó a 80 y 100 pesos.

“La verdad es que tenemos que cobrar bien por este trabajo, es decir, más de lo acostumbrado por la urgencia con que hay que terminar el trabajo. Casi se aumentó en un 80 por ciento”, se sinceró Darío.

La misma suerte corrieron quienes se dedican a reparar parabrisas. Después del temporal los negocios se abarrotaron de gente. Y aunque muchos no tenía ni luz atendieron al público hasta pasadas las 21.

En Parabrisas Centro, de Mitre al 2200, los encargados confirmaron que “se hicieron algunos trabajos pero que ya tuvieron que dar turnos para continuar con las reparaciones”. “Lo que pasa es que las compañías de seguro no cubren esta rotura en el marco de la tormenta, es peligroso circular en esas condiciones y además parece que la lluvia todavía no se va”, concluyó uno de los empleados del local.