Se acabaron las buenas noticias para el pueblo movilizado de Gualeguaychú. Lejos de imitar la acción de la pastera española Ence, la firma Botnia de Finlandia reanudará sus trabajos este sábado.

Los trabajadores de la compañía Botnia, reunidos en asamblea, aprobaron este viernes el acuerdo económico negociado con la patronal y retomarán a partir del sábado las tareas de construcción de la pastera ubicada en Fray Bentos, Uruguay.

De esta forma, concluyó un conflicto que se extendió por más de dos semanas y que paralizó la obra sobre márgenes del río Uruguay que es severamente cuestionada desde la Argentina por considerársela contaminante.

"Volveremos a trabajar después de este éxito que hemos alcanzado en la negociación contra esta poderosa multinacional", afirmó a Télam el titular del Sindicato Unico de la Construcción y Afines (Sunca), filial Fray Bentos, Juan Sardella.

Desde la empresa, el gerente Carlos Faroppa dijo a Télam que el acuerdo suscripto entre las partes evidencia "la apuesta al diálogo" como el hecho "más importante".

Por otra parte, Faroppa señaló que al retomarse la actividad normal en la planta pastera "la empresa reestudiará el plan de obras" para eventualmente fijar "nuevos plazos", pero remarcó: "De momento, los tiempos son los mismos y la planta será inaugurada en octubre de 2007".

El acuerdo contempla conceder a los trabajadores un aumento en los tickets, un premio por fin de obra, una suma extraordinaria de 50 dólares en el mes en curso y la incorporación al Convenio de un grupo de empleados.

La planta de Botnia se concreta sobre la base de una inversión global de 1.200 millones de dólares y prevé producir 1 millón de toneladas anuales.

Del monto total de la inversión, el 60 por ciento corresponde a "fondos propios" de Botnia y el resto a financiación de entidades extranjeras, según Faroppa.

La cuestión financiera transita un paréntesis por estos tiempos, a raíz de que la Corporación Financiera Internacional del Banco Mundial debe expedirse -probablemente en noviembre- si concede un préstamo que es considerado "clave" para destrabar otros del plano privado.

El Banco Mundial espera un último informe del impacto ambiental que produciría la planta de Botnia, para recién entonces, sumando una serie de elementos "políticos", pronunciarse sobre el financiamiento de unos 100 millones de dólares.